Abrázame, que he tocado fondo

covid fondo
Fotograma de la serie Sense8

Lucila Rodríguez-Alarcón (@lularoal)

  • Esta crisis sistémica no es la primera y no será la última. Parece que no tiene salida, pero sí la tiene. El amor mucho más fuerte que el odio.

Llevo días pensando en esa mujer que se quitó la vida hace unas semanas. Era una de esas personas que admiras y albergas ese oscuro deseo de ser como ella. No pudo soportar la vida y la entiendo. 

Hace dos semanas volví a dar positivo al covid. No tuve muchos síntomas, pero de nuevo vuelvo a tener los dolores articulares, la pesadez de alma, el cansancio infinito, la tristeza a veces profunda. Son coletazos de covid persistente, ese que se queda después de la enfermedad y que he sufrido desde febrero de 2020. Mis síntomas fueron fuertes pero no inhabilitantes de forma continuada. Buscando respuestas conocí a la gente de LongCovid Acts, que me arroparon tanto, muchas de ellas incapacitadas por esa tremenda enfermedad. Cada vez que tengo un brote de long covid pienso en todo lo que he aprendido a su lado, sobre todo a relativizar. Pero esa tristeza espantosa que me inunda cuando tengo una recaída sigue siendo difícil de gestionar. Qué malo es estar mala. 

Nos encontramos todas atenazadas por un sentimiento de orfandad postcrisis que puede ser muy oscuro

Cuando veo que caigo llamo a gentes que quiero. Muchas están tristes también. Algunas porque tienen covid, otras porque están agotadas del trabajo, o de los niños, o de la vida en general, otras no saben ni porqué, porque hace calor o porque hace frío. Es una época rara. Inmersas en un espiral de crisis consecutivas cuyo colofón han sido las crisis del covid, nos encontramos ahora todas atenazadas por un sentimiento como de orfandad postcrisis que puede ser muy oscuro. La salud mental es el temazo de los últimos tiempos. 

Cuando no puedo con mi alma rota lo primero que intento es arreglarme sola. Me pongo "Las mejores canciones del mes", ese tesoro de Spotify que hace el periodista Pablo Gil y que me da la vida. Cascos, zapatos cómodos y a la calle a caminar a ver si me encuentro mejor. Eso me quita la ansiedad y me permite pensar mejor. "Haced cosas, os quiero", resuena en mi cabeza la cantinela de Ángel Martín cada vez que cierra sus gloriosos resúmenes del día. Tenemos que hacer cosas, es así, para salir del bucle de muerte y destrucción. 

La realidad es que sola no se puede salir. Vuelvo a pensar en esa mujer que decidió dejarnos hace unas semanas. Estamos tristes. El covid nos ha dejado con una sensación de vacío inmensa a muchas. Miedo y luego pena. Y solas no podemos. Tenemos que unirnos, porque se trata de una tristeza colectiva que necesita de una solución colectiva. 

Respiro más tranquila y hago una lista mental de personas y espacios que me hacen bien. Bocatas, donde se preparan cestas de comida para vecinas de la Almudena y bocadillos para las personas que viven evadidas en la Cañada Real, es un espacio donde siempre hay algo que hacer y está lleno de amor. La Parcería, centro social y cultural latinoamericano, que te acoge y abraza y donde siempre pasa algo especial. Mi grupo de amigas del barrio, mi familia, un concierto de Intromusica. Ya me voy encontrando mejor. Amor, eso es lo que necesito. Gente buena unida haciendo cosas buenas. 

El amor entendido como acto político, consciente y voluntario es una reivindicación del tipo de sociedad que queremos

Esta crisis sistémica no es la primera y no será la última. Parece que no tiene salida, pero sí la tiene. La vida es mucho más fuerte que la muerte y el amor mucho más fuerte que el odio. El amor entendido como acto político, consciente y voluntario es una reivindicación del tipo de sociedad que queremos. Este es el amor del procomún, de la búsqueda del bienestar individual a través del bien de la comunidad, dejando de lado conceptos caritativos y asistencialistas. Nos buscamos, nos juntamos, construimos, crecemos y nos sentimos mucho mejor. Todas diferentes, todas únicas, nos unimos en nuestra diversidad, que abrazamos y respetamos porque es uno de los ejes de nuestra fuerza.

Hoy estoy mejor. Me levanté sin dolores y todo me lleva a pensar que este brote de covid persistente no durará mucho. Camino por Lavapiés mientras me dirijo a la oficina de porCausa y pienso que tengo mucha suerte de poder trabajar en algo tan maravilloso, reconectando a las audiencias con la información. La información nos hará libres. La información es democracia. La información es el principio de todo cambio.

Respiro de nuevo y pienso, toqué fondo y estoy rebotando y subiendo de nuevo y no soy la única. Somos increíbles y vamos a volver a demostrarlo, hay mucha gente uniéndose haciendo cosas. Pienso en las compañeras de RegularizaicónYa, por ejemplo. Se vienen tiempos fuertes, llenos de nuevas oportunidades donde mejoraremos con el conocimiento de los errores pasados. Y en todo estos procesos el amor como herramienta de unión y cocreación. ¡Vamos! ¡A por ello! 

Si has encontrado este texto interesante no dudes en consultar el ensayo Narrativas del amor de la misma autora.