5 cosas que te ayudarán a convertir 2023 en un gran año

Varios voluntarios participan en la recuperación de los excedentes de la Feria Alimentaria 2022, en la Fira de Barcelona, a 7 de abril de 2022, en Barcelona, Cataluña (España). -David Zorrakino / Europa Press
Varios voluntarios participan en la recuperación de los excedentes de la Feria Alimentaria 2022, en la Fira de Barcelona, a 7 de abril de 2022, en Barcelona, Cataluña (España). -David Zorrakino / Europa Press

La semana pasada volvían a la agenda pública los datos publicados por el INE en diciembre: hay 11 suicidios al día en España. Son las cifras más altas desde que se miden. En diciembre de 2021, la Fundación porCausa publicaba el informe "narrativas del amor", que analizaba cómo se encontraban las audiencias en España y proponía una serie de narrativas alternativas que devolvieran la fuerza a las comunidades descompuestas por el individualismo y las crisis encadenadas. Toda acción es el producto de una convicción. Basadas en "las narrativas de amor", te dejo una serie de recomendaciones, que muchas llevamos aplicando un buen rato, y te devuelven la ilusión por el cambio y la vida. 

La comunidad

Impera una narrativa del individualismo que infiere que si nos encontramos mal, nos tenemos que salvar solas. Todo triunfo y toda derrota depende solo de una misma. Sin embargo, el ser humano es gregario por naturaleza. Todos los estudios antropológicos señalan que lo natural es vivir y construir en comunidad. Por eso es importante formar parte de actividades cocreativas comunitarias. Las comunidades locales suelen ser las más inspiradoras y las más cercanas. 

El amor

Las crisis encadenadas han afectado a todas las personas, generando sensación de tristeza y miedo. Se trata de sensaciones colectivas que se deben abordar con soluciones colectivas.

La búsqueda de comunidad se puede hacer desde el odio o desde el amor. El odio une a las personas a través de un sentimiento común de rechazo a un tercero. Pero el odio es destructivo. Construye comunidades muy frágiles y finitas, es aburrido y difícil odiar a un colectivo concreto, siempre hay que seguir ampliando el objeto del odio. 

Las comunidades que se construyen a través del amor son imbatibles e infinitas. El amor es el mayor contrapoder que existe, posiblemente por eso esté tan denostado. Hablamos aquí del amor entendido como un acto consciente y generoso, un acto político, en el que el individuo es consciente de que su bienestar se consigue a través del bienestar colectivo. 

El éxito en un propósito 

Tener un propósito es indispensable. Pero es importante que dicho propósito se pueda desarrollar con éxito. Aunque sea un éxito parcial. Eso no quiere decir que no podamos tener utopías pero también necesitamos sentirnos útiles en la distancia corta. De lo micro a lo macro. De nuevo aquí es reseñable el valor de las comunidades locales que trabajan para conseguir pequeñas mejoras para todas las personas. 

La música

El ser humano tiene recursos endógenos para luchar contra las agresiones emocionales exógenas. Uno de estos recursos consiste en liberar sustancias que producen bienestar. La serotonina, las endorfinas o las dopaminas, son neurotransmisores que producimos internamente. Todas ellas están relacionadas con la sensación de felicidad y todas ellas se generan cuando escuchamos música, y más si lo hacemos en comunidad y acompañada de baile. La música es un elemento externo que, cuando lo disfrutamos con otras personas, activa nuestro sistema interno de placer y paz. 

La risa

La sonrisa y la risa son herramientas endógenas del ser humano para crear comunidad. Los primeros estudios sobre este tema los publicó Henri Bergenson en 1922, en su ensayo La risa. La neurociencia de finales de siglo XX confirmó todas las reflexiones empíricas de principios de siglo: la sonrisa y la risa se pegan porque activan la producción de neurotransmisores del bienestar. Sonreír cambia la vida de quienes nos rodean. Reír es un chute de energía. 

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Se ha naturalizado tanto el odio y la crispación en estos últimos años que se nos ha olvidado de dónde venimos. Antes no era así y no tiene por qué seguir siéndolo. Debemos reivindicarnos humanamente, recuperar la ilusión por la vida y volver a los espacios comunitarios. Defender el amor con orgullo y reposicionarlo en la agenda pública, como están haciendo desde el Papa Francisco a Lula da Silva. Somos mucho mejores de lo que nos están haciendo creer. Obedezcamos a nuestra naturaleza y 2023 será el mejor de los años.