De psicóloga a empleada de limpieza: Bloqueo a la homologación de títulos universitarios extranjeros

Gabriela García Luzzi
Gabriela García Luzzi

Cuando decidí emigrar a España en el 2020, viajé sola, con miedos y esperanza. Al igual que tantas, dejaba atrás toda mi vida para buscar unas condiciones mejores que las de mi país. Estudié Psicología en la Universidad de Buenos Aires, atendí mi consulta durante 4 años, y me especialicé en Neuropsicología Clínica. Al mes de llegar, presenté todos mis papeles para la homologación de mi título universitario, para poder ejercer aquí mi profesión. Me dijeron que se resolvería en el plazo de 6 meses. Se han cumplido 3 años desde aquel día y sin respuestas.

Desde mi llegada a España busqué trabajar en Centros de Día y residencias, pero no me contrataban. Me pedían título de Auxiliar Sociosanitario, el cual consiste más en tareas de higiene y enfermería. Les daba igual que tuviera 10 años de experiencia en diversidad funcional y una licenciatura de 5 años, me exigían cursos que duraban muchos meses o costaban mucho dinero, por lo cual me vi obligada a trabajar de lo que encontraba: estuve un año limpiando casas, fui niñera, camarera, recepcionista. Hoy en día trabajo de monitora, con contratos por horas y pagos sumamente precarios. Mientras pasaba el tiempo, mis esperanzas decaían cada vez más.

Con el paso de los meses, me encontré con la noticia de que yo era uno más de los miles y miles de casos de profesionales varados en un limbo burocrático, la gran mayoría sanitarios, que habían llegado a España buscando ejercer su profesión y se veían obligados a sobrevivir con lo que podían. Somos médicos, psicólogos, odontólogos, fisioterapeutas, veterinarios, ingenieros, trabajando como personal de limpieza, cuidando ancianos, siendo teleoperadores, camareros, ayudantes de cocina o repartidores. Hay personas esperando hace 8 años. La gran mayoría atravesamos un período de duelo, depresión y ansiedad por la incertidumbre (CEMDRI, 2023). Todo eso mientras España atraviesa una crisis sanitaria en la que falta personal: la gente espera 6 meses para una cita con un especialista, mientras hay cirujanos limpiando baños (tal como describe uno de nuestros compañeros en una nota de El Levante del 18 de noviembre).

Cuando busco ofertas laborales en psicología, me preguntan si tengo homologada la titulación. Si les respondo que España no ha homologado ni un solo título de Psicología desde el 2014, y prácticamente de ninguna profesión sanitaria, no saben qué decirme. Cuando pregunto en diferentes universidades si puedo estudiar con mi equivalencia el Máster en Psicología General Sanitaria que da acceso a la profesión regulada, me responden que tengo que convalidar (es decir, hacer la carrera de nuevo) o esperar a la resolución de homologación.

Lamentablemente, es muy extendida la creencia de que las trabas burocráticas se deben a un alto volumen de títulos falsificados o por baja cualificación (pensamiento que confirma la xenofobia institucional que hay detrás de estas excusas). Si entre los miles de expedientes hubiese gente que falsificó su titulación, no estarían luchando activamente como nosotros, que dedicamos años y esfuerzo para formarnos y vemos nuestras vidas frenadas y sin esperanzas de ejercer nuestra vocación. No se trata sólo de un trámite: hay gente que se va a jubilar esperando, vidas enteras en pausa, la frustración de haber estudiado tantos años para terminar en trabajos precarios.

En mi búsqueda de respuestas me topé con el Movimiento de Psicólogas y Psicólogos Migrantes, que están llevando adelante la lucha en nombre de tantos. Me encontré con que agrupaba a profesionales de 29 países, tanto de Latinoamérica como de Europa, comunitarios y extracomunitarios, incluyendo a españoles que decidieron estudiar en el extranjero y volvieron a trabajar a su país. Desde su conformación han llevado el mensaje a numerosos medios de comunicación, realizado manifestaciones, cartas abiertas, informes, comunicados de denuncia, reuniones en el Ministerio de Universidades, y han colaborado con diferentes asociaciones y colectivos. Entre ellos se encuentran la Asociación de Profesionales de la Salud Argentinos en España (APSAE), Migrar Sin Fronteras, Psicología Sin Fronteras, entre otros. Todo su recorrido puede leerse en su página www.movimientopsicologosmigrantes.org y en sus redes sociales, y se puede colaborar con ellos a través del contacto asamblea@movimientopsicologosmigrantes.org. A su vez, el movimiento Manifestación por una Homologación Justa organiza a migrantes de todas las profesiones, y el pasado 14, 15 y 16 de noviembre realizó manifestaciones en Madrid, Barcelona, Bilbao, Valencia, Málaga y A Coruña.

En la actualidad hay 50.000 expedientes sin revisar, y 30.000 incompletos. Se han perdido expedientes, se ha solicitado la misma documentación una y otra vez. Han alegado falta de personal, pero se niegan a revelar la cantidad de funcionarios que se están ocupando del asunto. Han dicho que falta presupuesto, pero recogen las tasas de 3000 expedientes nuevos que entran cada mes. Los migrantes sanitarios que queremos aportar nuestros servicios a la sociedad española, nos encontramos viviendo un auténtico infierno burocrático.

Nos encontramos actualmente en un momento de inflexión. Joan Subirats se ha despedido de su cargo como ministro de Universidades el pasado 17 de noviembre. El Ministerio como tal se ha disuelto y ha vuelto a unirse con el de Ciencia. Diana Morant será la nueva ministra de Ciencia, Innovación y Universidades. En nombre de todos los profesionales que esperamos nuestra homologación justa, le pedimos que no pase de largo nuestro reclamo y que colabore con nuestra causa.

Mientras tanto, nos seguimos organizando, sobreviviendo como podemos, con la esperanza de algún día poder ejercer, aportar a este país que nos ha acogido, y vivir de aquella vocación por la que tanto nos hemos esforzado.