La nueva esperanza para la juventud senegalesa: construir el futuro

Juventud senegalesa
La juventud senegalesa convierte su cayuco en un transporte clandestino que llega a ser mortal, para intentar llegar a Europa. Ousmane Sonko (YAW) quiere evitarlo y proporcionarles un futuro digno en Senegal. Foto: Mar Joaniquet

Mar Joaniquet (@marjoaniquet)

  • Las elecciones en Senegal se han celebrado en un contexto de aumento del paro, recortes y unos acuerdos comerciales que dejan a la juventud sin más opción que emigrar
  • "El presidente ha facilitado la entrada a la explotación de nuestros recursos naturales por parte de Francia y otros países, y los jóvenes no tienen futuro", denuncian desde el Sindicato de Manteros de Barcelona
  • Algunos candidatos políticos tratan de cambiar las cosas, como Ousmane Sonko, que quiere devolver el control de la economía a la sociedad senegalesa, o Mor Ndiaye, que ha lanzado un programa de desarrollo social

Las elecciones locales y municipales en Senegal se han celebrado finalmente este 23 de enero, tras más de dos años de aplazamientos. La elección para la renovación general del mandato de los concejales municipales es una nueva esperanza para muchos senegaleses. Sobre todo para la juventud, pues con la coyuntura actual del país los jóvenes no logran salidas profesionales para asegurarse un futuro, y por tanto aspiran a un cambio político. Pasada la media noche de la jornada electoral ya se constata que los partidos de la oposición van ganando a la coalición presidencial Benno Bokk Yakaar (BBY) en localidades tan importantes como la capital, Dakar, Ziguinchor, Thies y Kaolack. Ousmane Sonko, de Yewwi Askan Wii (YAW), principal opositor del actual presidente Macky Sall en las pasadas elecciones nacionales, sale elegido alcalde de Ziguinchor, la capital del sur.

El paro ha crecido en Senegal por encima del 50% y la economía sumergida, principal sustento de los 15 millones de habitantes, está bajo mínimos. Una situación que obliga a muchos jóvenes a emigrar

La situación económica y social de Senegal es crítica, lo que provoca el incremento del descontento social. El paro ha crecido por encima del 50% desde la crisis sanitaria del Covid-19, y la economía sumergida, principal sustento de los 15 millones de habitantes, está bajo mínimos. Una situación que obliga a muchos jóvenes a emigrar fuera de las fronteras. El plan de recuperación como reacción a la pandemia anunciado por el Jefe de Estado, Macky Sall, no se ha materializado, mientras los senegaleses están pasando por muchas dificultades. Preceden a este estado de crisis económica y social los graves recortes en las subvenciones aplicados desde 2019 que afectaron a los movimientos de estudiantes (MEER y COJER Combole) y al movimiento nacional de mujeres, entre otros. Se suman a este escenario los ruinosos acuerdos comerciales impuestos por países occidentales, así como la actividad de las transnacionales que han saqueado a la población local senegalesa despojándoles de sus recursos básicos y necesarios. Ello ha destruido el equilibrio sociocultural de sus habitantes arrojando a miles de trabajadores al paro, tal como señala el investigador Carlos Gómez Gil. Y los fuerza finalmente a migrar para poder sobrevivir.

Juventud senegalesa
Rejas y vallas: tierras solo accesibles para transnacionales extranjeras, dejando a los campesinos sin su recurso básico. El acaparamiento de tierras es muy común al Norte de Senegal. Foto: Mar Joaniquet

El Jefe de la República Macky Sall revalidó en 2019 su poder adquirido en 2014, tras una polémica campaña al impedir que dos de sus rivales, Khalifa Sall y Karin Wade, se presentasen a las elecciones. El único opositor fue Ousmane Sonko, líder del partido Patriotas de Senegal por el Trabajo (PST). Este joven panafricanista aboga por un gran cambio: devolver el control de la economía a la sociedad senegalesa. Como por ejemplo, nacionalizando gran parte de la actividad macroeconómica, actualmente en manos extranjeras: el control del puerto de Dakar (en manos de Dubai Ports), los yacimientos de petróleo, gas, oro y circón, enormes cultivos extensivos y los caladeros de pesca. El control de estos últimos lo tienen empresas extranjeras, consecuencia de acuerdos bilaterales firmados entre Senegal y otros países, entre ellos algunos de la Unión Europea, además utilizando técnicas extractivas prohibidas en costas europeas. De este modo, también buques de pesca españoles arrasan las aguas senegalesas, como Pescanova y Senevisa.

"Mi sueño no es ser mantero: soy pescador"

Se calcula que alrededor del 80% de las riquezas y grandes empresas del país está en manos de multinacionales extranjeras, la mayoría europeas. Ousmane Sonko plantea crear una institución homóloga a la actual Reserva Federal, para que vele por los intereses de los países africanos y no por los de las potencias extranjeras. También defiende que Senegal tenga su propia moneda independiente, la cual está actualmente vinculada al cambio del euro, y como consecuencia, no importa cuánto trabajen, se desarrollen los senegaleses, siempre se verán condicionados por esta variable. En su discurso proclama alcanzar un futuro donde los jóvenes senegaleses no tengan que arriesgar su vida cruzando los desiertos o el océano para poder subsistir. Sus propuestas, que van en contra de la política del actual presidente, le provocaron su arresto el mes de marzo  pasado. El apoyo que obtuvo por parte de los estudiantes y de la sociedad senegalesa a raíz de su encarcelamiento fue enorme, desencadenando manifestaciones para su liberación cuya represión causó 10 muertes y más de 250 heridos. La juventud que mira hacia el futuro con desconsuelo ha encontrado en Ousmane Sonko un símbolo de esperanza donde apoyarse.

Símbolos de esperanza: desde Sonko hasta Ndiaye

En estas elecciones locales Ousmane Sonko forma la coalición Yewwi Askan Wi (YAW) que en wolof significa Libertad para Todos. Hablamos con Mor Ndiaye, secretario general nacional del Partido Construcción y Solidaridad Jengu/Tabax (PCS), y candidato de YAW en la comuna de Malika. Con el lema "gestión participativa, inclusiva y transparente", él lanza un programa de desarrollo alternativo dirigido al cambio tan demandado por la población para traducir la expresión aspiración del pueblo.

La nueva esperanza para la juventud senegalesa: construir el futuro
Imagen de Mor Ndiaye para la campaña electoral. Autor: Yewi Askan We

Su programa consiste en dotar a su municipio de infraestructuras que sean útiles a la población, tales como un hospital, una estación de autobuses, un mercado central y una escuela de secundaria. Concejal municipal en 2014, renunció muy temprano al cargo por ir en contra de la corrupción: el alcalde y su equipo (actualmente con 20 años de gobernanza) no cumplían con el programa prometido a la población fundamentalmente porque el presupuesto no se dedicó a inversiones sociales. En 2018 Mor Ndiaye se vinculó de nuevo a la política para lograr un cambio radical junto a su líder del PCS, Boubacar Camara, consultor internacional y con más de 30 años de experiencia en la administración. Su programa se denomina Kamah, que en wolof significa "Construir el futuro". Se trata de reorientar las inversiones hacia la industria de transformación de productos agrícolas y de los recursos naturales, así como hacia sectores de crecimiento inclusivo mediante el desarrollo en agricultura, pesca, ganadería, artesanía, cultura y turismo. También apoya objetivos de desarrollo social: educación, salud, seguridad, empleo juvenil y emprendimiento femenino, aparte de apoyar a hogares y personas vulnerables.

Incluso los estudiantes de posgrado no encuentran trabajo, y sin desearlo, tienen que buscarse la vida fuera del país, poniendo en riesgo sus vidas en travesías a través de vías ilegales

"En Senegal existen esenciales preocupaciones: el coste de la vida es demasiado elevado, los salarios están estancados y faltan servicios básicos, sobre todo en las regiones más recónditas. Hay un problema de salud pública por la falta de hospitales, además de faltar escuelas y no disponer agua corriente en ciertas localidades", declara Mor Ndiaye. Afirma que los problemas económicos han llevado a que Senegal haya experimentado un gran retraso en su desarrollo y que la gente se queje día tras día con razón. La tasa de desempleo va en aumento: incluso los estudiantes de posgrado no encuentran trabajo, y sin desearlo, tienen que buscarse la vida fuera del país, poniendo en riesgo sus vidas en travesías a través de vías ilegales. También se ven abocados a ello los pescadores a los que empresas extranjeras les dejan sin trabajo y sin pescado que capturar, así como agricultores que no pueden competir con la entrada de alimentos europeos subvencionados. Tantos obstáculos hacen que la población exija cambios a nivel de las comunas y de las regiones y que surja una alternativa de futuro para las elecciones presidenciales de 2024. Una transformación que debe comenzar ya en estas elecciones de 2022.

La nueva esperanza para la juventud senegalesa: construir el futuro
En los meses de recolección sobran mangos y se pierden. Boubacar Camara, líder de la oposición, plantea el programa "Construir el futuro", como generar una economía inclusiva con la transformación de alimentos. Foto: Mar Joaniquet

"Muchos sectores están en huelga, incluidos los estudiantes. El régimen actual se enfrenta a disturbios sociales por todos lados. A raiz de las manifestaciones de marzo de 2021 se coartaron las libertades individuales y colectivas. Nosotros, como políticos, luchamos para cerrar el camino a estos abusos", nos comenta Mor Ndiaye. La preocupación de él y su coalición es: ¿cómo garantizar que en Senegal haya libertad de expresión y libertad para manifestarse? ¿O una democracia real, como en los países occidentales? Intentan parar los pies al régimen que quisiera quedarse en el poder para siempre, pues el presidente Macky Sall ya está confabulando para ostentar un tercer mandato, en contra de lo que marca la Constitución por la reforma aprobada en 2016.

Con respecto a los préstamos del Banco Mundial al Estado senegalés, declara que ese dinero nunca se invirtió en sectores prioritarios de desarrollo como la agricultura, el sector comercial o la industria. Por contra, la inversión se dirige a sectores como infraestructuras, autopistas y otros que no pueden generar empleos o que no contribuyen al desarrollo integral de su país. Senegal está endeudado por una suma de más de 9.000 billones y el servicio de la deuda supera los 500 billones al mes.

La política del gobierno de Macky Sall consiste en "afrancesar" a todas las grandes empresas nacionales como la de Distribución de Agua, la Empresa Nacional de Telecomunicaciones, el suministro de combustible en manos de Total, el puerto adjudicado a Bolloré y otras más", recalca Mor Ndiaye. Nada es fácil en un país que se ha vendido a las grandes potencias como Francia o China, denuncian desde la coalición de su partido.

Nada es fácil en un país que se ha vendido a las grandes potencias como Francia o China, denuncian desde la coalición del partido de Ndiaye

Mor Ndiaye, según el escrutinio de la noche del 23 de enero ha salido elegido como nuevo alcalde de Malika. Sin embargo, 30 horas después aún no han dado el resultado oficial de su comuna. Muy extraño, cuando en todos los otros municipios sobre las diez de la noche del mismo día de las elecciones, a través de los medios de comunicación ya se revelaron los resultados. Se sospecha que hay un fraude electoral, como en las pasadas elecciones nacionales.  Su localidad está a la espera de que el Juez Supremo investigue e informe sobre los resultados definitivos. Mientras, la población de Malika se ha manifestado durante la tarde del 24, difundido por los canales televisivos del país. A pesar de ello, él y su partido de coalición continuará en su lucha por conseguir un Senegal mejor para sus gentes.

El destierro forzado

La explotación ilegítima de los recursos naturales de Senegal que no da apenas beneficio a la población local, provoca la huída a países europeos de migrantes que se han visto forzados  a salir de su país para poder sobrevivir ellos y mantener a sus familias de origen, a las que envían dinero cuando pueden. Hablamos con Mansour Djité, miembro del Sindicato Popular de Vendedores Ambulantes de Barcelona, conocidos popularmente como "Sindicato Mantero". Él como tantos otros, sufre las consecuencias de su migración "irregular". Salió de Senegal en cayuco en 2007, sufriendo durante 11 días de travesía arriesgada y precaria en el mar. Muchos otros no tuvieron la misma suerte ni otros  la tendrán, y seguirán perdiendo la vida en su intento de llegar a Europa: más de 4.400 migrantes murieron en 2021 intentando llegar a España. "Nosotros los jóvenes nos queremos quedar en nuestro país, no queremos salir de allí, pero el sistema nos está empujando a escapar. Están muriendo muchos chicos en el mar, y esto no es justo", manifiesta indignado.

"Nosotros los jóvenes nos queremos quedar en nuestro país, pero el sistema nos está empujando a escapar. Están muriendo muchos chicos en el mar, y esto no es justo"

"Lo que está pasando en mi país es muy duro: el presidente Macky Sall ha facilitado la entrada a la explotación de nuestros recursos naturales por parte de Francia y otros países, y los jóvenes que viven en un país de gran riqueza no tienen futuro en Senegal. Ni siquiera los que estudian en la Universidad: cuando acaban la carrera no hay nada para ellos, porque todo está en manos de otros: occidentales, chinos, árabes... todos ellos están en África, robando cada día al pueblo africano, y esto se tiene que acabar", denuncia Djité. Así mismo declara que el presidente del Estado no ha cumplido con las promesas que hizo, después de ya ocho años en el poder.

La nueva esperanza para la juventud senegalesa: construir el futuro
Mansour Djité salió de Senegal en cayuco en 2007, jugándose la vida para poder sobrevivir. Trabaja en la tienda de Top Manta, y todavía no ha podido obtener su "regularización" por las dificultades de la Ley de Extranjería española. Foto: Mar Joaniquet

Él había formado parte de equipos de fútbol de élite en su país antes de decidir su partida hacia Europa. Sus hijos continúan practicando este deporte, como tantos otros buenos deportistas senegaleses. Sin embargo, no hay salida profesional para ellos. Revela que las subvenciones para el deporte se desvían hacia otros intereses del presidente, un caso más de corrupción conocida y denunciada por tantas personas.

Mansour Djité, trabaja en la tienda de Top Manta, y todavía no ha podido obtener su "regularización" por las dificultades de la Ley de Extranjería española. Desde el Sindicato Mantero y otros colectivos  han lanzado a nivel estatal la recogida de firmas de la ILP RegularizaciónYa,  por una regularización de las personas migrantes y su posterior debate en el Congreso. Como muchos senegaleses en Europa, Mansour Djité no puede votar aquí. Tampoco en su país de origen, pues no puede viajar a Senegal para renovar su carnet de identidad senegalés, al ser considerado "ilegal" en España. Él aspira a convertirse en "legal" y de este modo tener todo en regla para las elecciones presidenciales de 2024 en Senegal, y poder contribuir a que en su país surja el cambio anhelado.