Con negritas

Un nuevo horizonte para las cajas andaluzas

La imperiosa necesidad de proporcionarle respiración asistida a Cajasur, que presenta claros síntomas de asfixia desde hace meses como consecuencia de su elevada exposición al ladrillo, puede arruinar definitivamente los planes iniciales de la Junta  de Andalucía para las entidades de ahorro de la región. Durante diez años, MANUEL CHAVES predicó en el desierto sobre la conveniencia de crear una sola caja, fruto de la unión de todas las existentes y que diera la talla para competir con los gigantes del sector. Los intereses políticos y los localismos, sin embargo, conspiraron abiertamente contra ese objetivo, de modo que el anterior presidente andaluz cedió el testigo hace dos meses para incorporarse al Gobierno sin otro bagaje que la fusión de El Monte y Caja San Fernando, ahora Cajasol.

La crisis económica, que en el sistema financiero ha servido de abono para un rebrote desconocido de la morosidad, proporcionaba sobre el papel la ocasión propicia de recuperar el viejo proyecto de Chaves, pero su gravedad es tal que exige soluciones urgentes, incompatibles con el sosiego requerido por una operación de largo alcance. De ahí que, de un tiempo a esta parte, no se hable ya tanto de una sola caja como de propiciar "cajas más grandes", como ha defendido con insistencia JOSÉ ANTONIO GRIÑÁN desde que tomó el relevo de Chaves, aunque nunca ha dado públicamente demasiados detalles para evitar polémicas.

No obstante, la delicada situación de Cajasur, cuyos beneficios cayeron un 90% en el primer trimestre y que tiene una tasa de morosidad del 6,55%, dos puntos por encima de la media del sector, obliga a replanteárselo todo y quizás a un diseño en dos fases. La primera pasaría por la salvación de la entidad cordobesa mediante la intervención de Unicaja, lo que daría lugar a una entidad con 28.000 millones de euros en depósitos, 1.500 sucursales y casi 8.000 empleados, mientras que la segunda exigiría definir previamente el futuro de Cajasol y buscarle emparejamiento a Caja Jaén y Caja Granada.

Dos perspectivas opuestas

La fusión mutua es vista con buenos ojos por los directivos de Unicaja, no así por los de Cajasur. esta, históricamente controlada por la Iglesia, preferiría aliarse con Cajamurcia, que pertenece a una comunidad gobernada por el PP. La Junta y el PSOE, sin embargo, no están dispuestos a autorizarlo y abogan por una solución andaluza, como advirtió recientemente el consejero de Gobernación y vicesecretario regional socialista, LUIS PIZARRO.

Entre frío y caliente
Desde Cajasur se ha restado importancia a los contactos mantenidos hasta ahora con Unicaja, lo que pone de manifiesto el escaso entusiasmo que a la entidad le merece esa opción. Por el contrario, BRAULIO MEDEL no ha tenido inconveniente en que se sepa que con Cajasur va "a por todas", actitud especialmente significativa si se recuerdan las reticencias que mostró cuando tuvo la oportunidad de absorber Caja Castilla La Mancha.

Un precedente
La fusión de Unicaja y Cajasur sería una manera de que los socialistas predicaran con el ejemplo en su mayor feudo, después de que JOSÉ LUIS RODRÍGUEZ ZAPATERO haya insistido en la conveniencia de una reestructuración del sector. De momento, a pesar de la que está cayendo, el único movimiento importante no se ha saldado con un acuerdo de autoayuda entre las cajas, sino con la fulminante intervención del Banco de España.

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