Aunque todavía no es seguro de qué lado se inclinará la balanza, parece que la pugna entre Telefónica y Portugal Telecom (PT) por el control de Vivo quedará resuelta mañana. La compañía brasileña, líder de móviles en su país, tiene como socio mayoritario (60%) a Brasilcel, cuyo capital corresponde a partes iguales a los dos grandes operadores ibéricos. Consciente de la proyección de ese mercado, Telefónica quiere hacerse con la mitad que tiene PT, para lo que ha puesto sobre la mesa 6.500 millones de euros: 35 veces el beneficio anual de Vivo.

Los gestores lusos, después de arrancar algunas mejoras, dieron inicialmente su visto bueno a la operación, hasta que el Gobierno de JOSÉ SóCRATES les obligó a cambiar de idea. Desde entonces, el mozambiqueño ZEINAL BAVA, presidente ejecutivo de PT, ha hecho lo posible por frenar a Telefónica, so pretexto de que su oferta, pese a todo, sigue siendo insatisfactoria. Como consecuencia de ello, han quedado prácticamente rotas las relaciones entre ambas partes, muy deterioradas desde que en 2006 los españoles apoyaron la fallida opa hostil del grupo Sonae, dueño de Carrefour en Portugal, por el 100% de PT.

Sócrates ha apelado a los intereses nacionales para persuadir a los accionistas portugueses de que no acepten la propuesta de Telefónica, por tentadora que sea. La pública Caixa Geral, el Banco Espírito Santo y Ongoing, que suman el 22% de PT, han atendido al Gobierno. Si sus proclamas han surtido efecto también sobre los minoritarios, se sabrá cuando mañana la junta de PT aborde el asunto, en plena resaca patriótica del partido que esta noche enfrenta a Portugal y España.

Lo mismo ocurre con el resto de los principales accionistas no portugueses, que CÉSAR ALIERTA se ha trabajado a conciencia en las últimas semanas. Los fondos estadounidenses Brandes y Blackrock, Deustche Bank, Barclays, UBS y Credit Suisse acumulan el 21% de PT y, por lo tanto, su postura es muy importante. Todavía está por ver que Telefónica pueda votar, pues existe el riesgo de que sus derechos políticos sean suspendidos si la junta percibe un conflicto de intereses, como Bava pretende.

Un hombre clave
Credit Suisse no sólo es accionista de PT  sino también de Telefónica y asesora a la empresa española en la operación. El responsable de la entidad en España, FERNANDO ABRIL MARTORELL, hijo del fallecido ex vicepresidente del Gobierno, ha jugado un papel determinante en el asalto a Vivo. Él y Alierta se conocen muy bien, pues no en vano Abril Martorell fue consejero delegado de Telefónica entre 2000 y 2003, al principio del mandato del actual presidente de la operadora.