Con negritas

Cajas andaluzas: el debate interminable

Andalucía lleva más de un decenio mareando la perdiz con sus cajas de ahorros. Siendo presidente autonómico, MANUEL CHAVES quiso unificarlas, pero no tardó en darse de bruces con la Iglesia. El sacerdote MIGUEL CASTILLEJO, en aquel momento dueño y señor de Cajasur, movió Roma con Santiago para abortar la operación. El Gobierno atendió sus razones y en 1999 otorgó a la entidad, tradicionalmente vinculada al Obispado de Córdoba, un estatuto propio. Cajasur, gracias a esa gentileza del PP, sorteó el ambicioso plan de Chaves al quedar fuera de la autoridad de la Junta. No volvería a estar bajo su tutela hasta cinco años después, y así permaneció hasta que el Banco de España la intervino el pasado mes de mayo.

El sueño de la "caja única" dio paso al más modesto de la "gran caja andaluza", que alimentó JOSÉ ANTONIO GRIÑÁN antes y después de convertirse en el inquilino del palacio de San Telmo. Habida cuenta la complejidad de la idea inicial, la Junta optó por aglutinar sólo la parte mollar del sistema financiero andaluz. Y eso pasaba por una fusión entre Unicaja y Cajasol. Sin embargo, los localismos y la falta de interés de sus respectivos presidentes (BRAULIO MEDEL y ANTONIO PULIDO) no lo permitieron. Para entonces, las cajas españolas se habían embarcado en el proceso de reestructuración y Griñán, incapaz de liderar la de las suyas, tuvo que lanzar la teoría de las "dos torres".

Se trataba de fortalecer por separado a Unicaja y Cajasol, que debían polarizar al resto de las cajas de la comunidad y, llegado el caso, incluso anexionarse alguna de fuera. Pero el proyecto, al menos a día de hoy, todavía sigue en mantillas. Medel, refractario a cualquier acuerdo que comprometa la solvencia de Unicaja, sólo ha absorbido a la pequeña Caja de Jaén, que apenas aporta mil millones a su balance. Y Cajasol ha tenido que conformarse de momento con Caja Guadalajara, después de que el Banco de España pusiera freno al deseo de Pulido de cobrarse alguna pieza de caza mayor, como Caja Castilla La Mancha. La consecuencia es que la entidad malagueña y la sevillana han retrocedido en el ranking del sector.

Mientras tanto, Caja Madrid, de la mano de RODRIGO RATO, le ha arrebatado el liderazgo a La Caixa; Cajastur se ha puesto a la cabeza de un grupo capaz de tutearse con los más grandes; ALBERTO NÚÑEZ FEIJÓO ha forzado el matrimonio de Caixa Galicia y Caixanova, y las cajas catalanas han atenuado su histórica fragmentación. Quien más y quien menos, pues, ha tomado posiciones. De ahí que en Andalucía se haya reabierto el debate sobre la conveniencia de que Unicaja y Cajasol den un paso adelante antes de que sea demasiado tarde, como prometieron estudiar este verano tras negarse a pujar juntas en la subasta de Cajasur.