Con negritas

El (todavía) incierto sucesor de Díaz Ferrán

Aunque de momento sólo se han presentado tres, queda tiempo hasta el próximo 14 de diciembre para que emerjan nuevos candidatos a la presidencia de la CEOE. El hecho de que haya una abierta competición por el sillón que deja GERARDO DÍAZ FERRÁN, tras haber cedido a fuertes presiones internas y externas, es en sí mismo novedoso. Los máximos responsables de la patronal han sido elegidos siempre casi por aclamación y sin necesidad de medirse con otros aspirantes. Ahora, sin embargo, todo apunta a que para conocer al sucesor de Díaz Ferrán será necesario esperar el veredicto de las urnas.

Para la mayoría de los dirigentes empresariales se trata de una situación incómoda, y de ahí que continúen los movimientos encaminados a encontrar una fórmula de consenso. Otros, sin embargo, ven con satisfacción que, 33 años después de la fundación de la CEOE, en las elecciones a la presidencia se instauren por fin los saludables hábitos de la democracia. Por primera vez, se podrá escoger no sólo entre varias personas, sino también entre distintos programas, lo que debería ser muy reconfortante en el crucial momento por el que pasa la organización a raíz de la traumática salida de Díaz Ferrán.

Los partidarios de una fórmula de consenso tienen sobre el papel sólo dos opciones: que los actuales candidatos unan sus fuerzas o promover a otro con suficiente respaldo como para disuadir a los demás. Que JUAN ROSELL, presidente de Foment del Treball; SANTIAGO HERREROS, presidente de la CEA, y JESÚS BANEGAS, presidente de la sectorial de nuevas tecnologías Ametic, se pongan de acuerdo es bastante improbable. Dar el paso al frente les ha infligido un desgaste que ahora no pueden malbaratar y, además, en lo concerniente al reparto de cargos, juega en su contra la devaluación de las vicepresidencias que hizo Díaz Ferrán al crear nada menos que 21.

Por eso, se sigue trabajando en la búsqueda de una especie de mirlo blanco, como reconoció a finales de la semana pasada ARTURO FERNÁNDEZ. Pese a que inicialmente se autoexcluyó, el líder de CEIM todavía no ha perdido definitivamente la esperanza de que MANUEL PIZARRO recapacite y cambie de opinión, cosa que sin duda haría muy feliz a ESPERANZA AGUIRRE. Pero hay quien ha echado sus redes por otros pagos.

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