Con negritas

El doble juego de Carlos Slim en Repsol

Si en Repsol acaba produciéndose un choque de trenes entre Sacyr y La Caixa, a CARLOS SLIM siempre le cabrá la satisfacción de haber sabido poner a tiempo una vela a Dios y otra al diablo. El archimillonario mexicano, cuya fortuna es equiparable a las de BILL GATES o WARREN BUFFETT, ha sido uno de los financiadores de la compra por Pemex del 4,6% de la petrolera española. Su sociedad Inbursa ha facilitado parte de los 1.100 millones de euros a los que asciende esa operación, que también cuenta con el apoyo de entidades como HSBC y Crédit Agricole.

El paquete recién adquirido eleva al 9,4% la participación de Pemex, que hace una semana fue sindicada con la de Sacyr, primer accionista de Repsol (20%) desde noviembre de 2006. El objetivo confeso del acuerdo es desposeer de sus actuales poderes al presidente de la compañía, ANTONIO BRUFAU, mediante el nombramiento de un consejero delegado. Sacyr y Pemex esperan aumentar así su capacidad de influencia en Repsol; uno con vistas a la refinanciación de la deuda contraída para meter la cabeza en ella y el otro para propiciar desde dentro las alianzas internacionales que más le convengan.

Brufau está dispuesto a vender caro su pellejo y ha empezado a mover Roma con Santiago a fin de parar los pies a LUIS DEL RIVERO, presidente de Sacyr y principal promotor del asalto. Para defenderse espera contar con La Caixa, que controla un 12% de Repsol, y en particular con ISIDRO FAINÉ, al que le debe el cargo. Aunque todavía no ha dicho oficialmente qué piensa hacer, es improbable que La Caixa permita que alguien ponga patas arriba la petrolera.

Para Slim sería sólo un pequeño contratiempo que el accionariado de Repsol quedara dividido, pues tiene intereses en los dos bandos. Además de prestamista ocasional, es uno de los grandes proveedores de servicios de ingeniería y construye plataformas para Pemex. Al mismo tiempo, se sienta en el consejo de administración de La Caixa, propietaria a su vez de un 20% de Inbursa. Gane quien gane, Slim será un hombre a tener en cuenta y seguro que sabe aprovechar su posición para poner nuevas picas en el suculento negocio del petróleo.

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