Con negritas

El creciente poder de los hombres de Rato

Tras el sufrido proceso de salida a Bolsa de Bankia, que culminó en la segunda quincena de julio, RODRIGO RATO se ha concentrado en formar un equipo a su medida. Poco antes de lanzar la OPV y a instancias de los potenciales inversores, procedió al fichaje de un consejero delegado, cargo que desde entonces ocupa FRANCISCO VERDÚ. Sin embargo, el nombramiento de este reputado ejecutivo, que había convertido la Banca March en la entidad con mejores notas  en las pruebas europeas de estrés, no debía de parecerle suficiente. Dentro del núcleo duro del grupo todavía conservaban puestos de relevancia –y hay quien conserva– algunos estrechos colaboradores de MIGUEL BLESA, entre ellos el director general de la matriz (BFA), MATÍAS AMAT. Este, además, se sentía incómodo desde que Rato decidió cancelar los cuantiosos bonus de la antigua cúpula de Caja Madrid –a la que pertenecía– y había solicitado acogerse al plan de prejubilaciones en marcha. Para no añadir nuevos motivos de perturbación, se le pidió que aguantara hasta la colocación de Bankia, pero, dos meses después de aquello, no tiene mucho sentido seguir reteniéndole.

Amat ha sido sustituido por MANUEL LAGARES, persona de la confianza de Rato, que lo tuvo como director general de Política Comercial en sus tiempos de vicepresidente económico del Gobierno. La elección de Lagares, que procede del Grupo Neinver, propietario de las tiendas Factory, supone un claro refuerzo para Rato y seguro que le ayuda a lidiar con las otras seis cajas de ahorros que alumbraron el BFA. Su gran apoyo, no obstante, continuará siendo JOSÉ MANUEL FERNÁNDEZ NORNIELLA, viejo subordinado suyo también, al que acaba de distinguir con el cargo de adjunto a la presidencia. Fernández Norniella, que ya estaba en el Consejo con Blesa, se fajó para facilitar el desembarco de Rato en Caja Madrid y durante el último año y medio ha actuado como su auténtico álter ego. Elevarle ahora a la categoría de adjunto a la presidencia no significa más que dar carta de naturaleza a una situación de hecho, si bien es posible que JOSÉ LUIS OLIVAS lo vea de otra manera. El presidente de Bancaja y teórico número dos de BFA y de Bankia pasa ahora, a todos los efectos, a un tercer plano, lo que difuminará aún más el papel de los socios de Caja Madrid, cuyo protagonismo en la operación –ya de por sí modesto– se ha ido reduciendo a pasos agigantados.

Más Noticias