Con negritas

El paso en falso de Olivas y la oportunidad de Rato

Cada vez hay más evidencias de que JOSÉ LUIS OLIVAS se la ha jugado a RODRIGO RATO con el Banco de Valencia y de que eso le va a costar la vicepresidencia de Bankia y puede que la de su matriz, BFA. Banco de Valencia es una antigua participada de Bancaja, de la que se ha sabido que tiene un nivel de solvencia muy inferior al exigido (7,36% frente al 9%) y necesita entre 600 y 800 millones de euros para cubrir su riesgo inmobiliario. Como ahora pertenece a la órbita del BFA, que controla un 27,5%, esta entidad está llamada a asumir buena parte de la recapitalización, salvo que consiga nuevos inversores o, en última instancia, intervenga el FROB.

Afrontar un desembolso no inferior a los 150 millones de euros constituye un serio contratiempo para Rato, cuyo conocimiento del problema, según fuentes de su entorno, era incompleto. Olivas, sin embargo, no puede alegar lo mismo, pues fue presidente del Banco de Valencia hasta que el mes pasado abandonó inesperadamente el cargo, al parecer sin el consentimiento de Rato. Además, Bancaja, de la que Olivas sigue al frente, sostuvo a su filial durante los últimos años mediante préstamos que sólo en 2010 ascendieron a 1.867 millones; es decir, alrededor del 10% de los recursos gestionados por el banco.

Todo este asunto ha acrecentado la desconfianza de Rato en Olivas, aunque su falta de sintonía ya quedó de manifiesto a mediados de septiembre, cuando JOSÉ MANUEL FERNÁNDEZ NORNIELLA fue elevado a la categoría de número dos de Bankia en calidad de adjunto a la presidencia. Unos meses antes, en mayo, la capacidad de influencia de Olivas había sufrido una primera merma por el nombramiento de FRANCISCO VERDÚ como consejero delegado.

Olivas, por otra parte, siempre ha pertenecido a una familia del PP distinta de la de Rato. Es un hombre vinculado a EDUARDO ZAPLANA, de cuyos gobiernos formó parte y a quien sucedió interinamente en la Generalitat Valenciana cuando este fue nombrado mi-nistro de Trabajo por JOSÉ MARÍA AZNAR en la primavera de 2003. Tras las elecciones autonómicas del año siguiente, Olivas cedió el testigo a FRANCISCO CAMPS, considerado entonces zaplanista también. Obtuvo como recompensa la presidencia de Bancaja, desde donde contribuyó a hacer realidad algunos proyectos promovidos por Zaplana.

Ahora, su controvertida actuación en el Banco de Valencia ha servido a Rato en bandeja una oportunidad de oro para librarse de Olivas y colocar en la vicepresidencia de Bankia a una persona de su cuerda.

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