Salud en positivo

Curar y cuidar

Ilustración: Verónica Montón Alegre
Ilustración: Verónica Montón Alegre

Desde hace varios días se escuchan otro tipo de aplausos, aplausos que surgen de manera espontánea en hospitales de toda España y a cualquier hora: son los aplausos de las y los sanitarios cuando un paciente curado traspasa el umbral del hospital. Es lo más gratificante para todos ellos, el desvelo, la dedicación, el compromiso, el riesgo y el temor al contagio ha tenido una recompensa: la curación, porque si algo satisface a un equipo de profesionales sanitarios es eso, ver salir al paciente por su propio pie despidiéndose agradecido de quienes le han devuelto lo más preciado: la salud. Y eso es lo mucho que debemos agradecer. Son muchos pacientes curados cada día, la cifra, más de dieciséis mil en este momento, invita al optimismo cauteloso.

Se acaban los aplausos y vuelta a la tarea para intentar curar y también cuidar a otros muchos pacientes ingresados, cuidarles porque el covid-19 no permite que tengan cerca a familiares ni amigos, solo a profesionales a quienes esta medicina tecnificada ha enseñado a curar, pero no ha dado importancia a cuidar. Ha sido esta pandemia la que les ha mostrado la crudeza del desamparo y la soledad de estos pacientes aislados. Eso ha sido un revulsivo que ha hecho aflorar la empatía, la solidaridad y la compasión de ese movimiento de humanización que recorre, desde hace pocos años,  todas las UCIS de nuestro país  de la mano de su creador Gabi Heras .  Si al final de esta crisis conseguimos que ciencia y humanismo vuelvan a caminar juntas habremos dado un paso de gigante que cambiará la medicina del futuro.

En algunas de las conversaciones que circulan por la red, en entrevistas de radio, en wasap, escuchamos a  diferentes profesionales  desesperados y a la vez  emocionados porque lo único que podían hacer en algunos casos era darle la mano al paciente, y este gesto de cuidar, de acompañar en el momento, a veces, más importante de la vida de una persona, les parece poco y les decimos desde los balcones, desde los medios, desde el corazón, que no, que  reconforta, que tranquiliza saber que alguien les coge la mano, les  acaricia y les alivia de esa tremenda soledad. No en vano el médico y sociólogo Albert Jovell escribió "Yo ya acepto que no me van a curar, pero me costaría aceptar que no me van a cuidar". No estamos preparados para morir solos. Por eso les diría a los profesionales que curen cuando puedan, es lo suyo y lo que mejor hacen; pero si pueden, si tienen tiempo, consuelen y cuiden con una palabra, un gesto, una caricia. Como escribió V. Verdú en un magnífico artículo, "Algunos médicos creen todavía que son profesionales como cualquier otro, pero entre la gente constituyen una parte de su felicidad y o de su dolor, complementos directos de su vida y de su muerte. ¿Cómo no valorar hasta el extremo la comunicación con ellos?"

Ahora la tarea de cuidar es de todos y a todos sin excepción, empezando por cuidar a nuestros cuidadores y cuidadoras y la mejor manera de hacerlo es permanecer en casa pero, además hay numerosas iniciativas de apoyo para sobrellevar esta situación que les ha tocado, asociaciones de psicólogos y psiquiatras, la Fundación Humans . Pero también hay que cuidarles proporcionándoles medios de protección adecuados y no censurarles o cesarles por contar una realidad, aunque hacerlo no sea políticamente correcto. Ellos y ellas son los que se juegan la vida a diario.

¿Y cómo cuidar a las y los cuidadores de mayores de las residencias? Resulta difícil, se encuentran solos, son pocos y con escasos medios de protección. Esta crisis ha puesto al descubierto la precaria situación en que se encontraban; nuevamente negocio y salud se cruzan.  Ahora toca dedicarles también aplausos, manifestarles nuestro orgullo y agradecimiento por su trabajo y entrega. Tienen en sus manos el cuidado de las personas más frágiles a las que, estoy segura, cuidan y consuelan. Las administraciones deben ayudarles con personal y material y los ciudadanos y ciudadanas haciéndoles llegar nuestro reconocimiento, es una manera de cuidar ¡Qué menos!

¿Y el colectivo invisible de las empleadas de hogar? algunas continúan trabajando y sin unas condiciones laborales mínimas, por miedo al despido. Ahora toca cuidarlas a ellas, que se queden en su casa y, eso sí, cobrando el sueldo y no obligándolas a coger vacaciones confinadas - conozco casos-. Un cambio de rutina no viene mal. Las tareas domésticas pueden resultar relajantes y si no, ya saben, "la arruga es bella". Permitan que sus empleadas cuiden de su familia, con la garantía de mantener el sueldo y el empleo cuando esto pase y, las vacaciones claro, las necesitarán como todos.  También es una manera de cuidar, háganlo y se sentirán mejor.

No caben en estas líneas todas las personas a las que podemos cuidar, pero no pueden quedar fuera las mujeres que sufren maltrato, la suya es una doble reclusión, tienen al enemigo fuera y dentro. Desde el encierro y aunque sea en la distancia valoremos los gestos, las miradas, los golpes, los gritos...

Todos y todas, a nuestra manera y aunque sea en la distancia, podemos cuidar.

https://humanizandoloscuidadosintensivos.com/es/inicio/#
2 https://elpais.com/diario/2002/02/08/sociedad/1013122807_850215.html
3 https://www.boe.es/eli/es/rd/2020/03/14/463
4 https://correu.cs.san.gva.es/owa/redir.aspx?C=abV50BdQSk7uxqOnM_GQl14x7X39wY03wB2Mt647wU6ibr7il9TXCA..&URL=https%3a%2f%2fwww.copmadrid.org%2fweb%2fcomunicacion%2fnoticias%2f1472%2fmedidas-adoptadas-el-colegio-oficial-la-psicologia-madrid-mejorar-estado-salud-emocional-los-afectados-el-brote-coronavirus
5 http://www.fundacionhumans.com/decalogo-de-cuidados/
6 https://correu.cs.san.gva.es/owa/redir.aspx?C=PkN2IbTemKATawuZtv8ZDtSJKH8LDYuQIEE-sdPGm1O-TGd4ltTXCA..&URL=https%3a%2f%2fwww.lamoncloa.gob.es%2fserviciosdeprensa%2fnotasprensa%2figualdad%2fDocuments%2f2020%2f260320-GuiaViolenciaGeneroCOVID.pdf

FIRMANTES DEL BLOG

  • Isabel González. Ex Jefa de Servicio de Radiología. Ex Profesora Asociada de Radiología Universidad Miguel Hernández de Elche. Exdirectora Gral. de La Alta Inspección de la C. Valenciana. Ex Gerente de los Departamentos de salud de San Juan de Alicante y La Ribera (Alzira)
  • Carmen Montón. Ex Ministra de Sanidad, consumo y bienestar social. Embajadora observadora permanente ante la Organización de los Estados Americanos.
  • Ricardo Campos. Médico Oftalmólogo. Ex Secretario General del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social
  • Rafael Sotoca. Médico de Familia y ex director general de asistencia sanitaria de la Comunidad Valenciana.
  • Begoña Frades García. Psiquiatra Ex responsable de la oficina automica de salud mental. Jefa del área de salud mental del Hospital Pare Jofre
  • Enrique Ortega. Ex Jefe de Servicio de Enfermedades Infecciosas, Emergentes e Importadas. Ex Profesor Asociado del Departamento de Medicina de la Universidad de Valencia. Ex Director Gerente del Departamento de Salud Hospital General de Valencia
  • Ana BonedOmbuena. Técnico Superior de Salud Pública de la Consellería de Sanitat Valenciana. Máster en salud pública por la U. de Harvard y especialista en medicina familiar y comunitaria.
  • José Antonio López Cócera. Enfermero especialista en salud mental miembro de la comisión nacional de la especialidad
  • Antonia García Valls. Exdiputada. Asesora coordinadora en la Vicepresidencia Cuarta, Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
  • Pere Herrera de Pablo. Especialista MFYC. Médico SAMU. Exdirector Servicio Emergencias Sanitarias CV
  • Roser Falip Barangué. Doctora en Medicina. Especialista en MFYC y en Análisis Clínicos. Ex gerente del Departamento de salud de Alcoy.
  • Aurelio Duque Valencia. Médico de Familia y Comunitaria. Expresidente SoVaMFiC
  • Verónica Montón Alegre. Artista interdisciplinar.
  • Juan Domene. Médico Inspector. Servicio de calidad asistencial y seguridad del paciente. Ex gerente del departamento de salud Arnau de VilanovaLliria.

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