Salud en positivo

Percepción de riesgo de la covid-19 en la desescalada

Ilustración: Verónica Montón Alegre
Ilustración: Verónica Montón Alegre

Podemos controlar la percepción del riesgo, clave en la desescalada

55 días de confinamiento. Desde que el Gobierno decretó el estado de alarma en todo el país, la mayoría de los españoles hemos tenido que cambiar muchos aspectos de nuestra vida cotidiana, de nuestro patrón de comportamiento habitual. Abandonar rutinas, establecer nuevas. Aprender a vivir entre cuatro paredes, y con suerte, un balcón o una terraza. De forma inevitable, una ruptura tan drástica e inesperada, conlleva diversas problemáticas en la población: noches de insomnio, sintomatología ansiosa, rumiaciones, o incluso, sintomatología depresiva. Las pandemias, como la COVID-19, representan una amenaza tanto para la seguridad física como para el bienestar mental (Liu et al., 2020). De hecho, el distrés psicológico, además, de la ansiedad, el miedo y el estrés post-traumático, son las repercusiones más citadas en la literatura internacional relativas a las consecuencias vinculadas a las pandemias (Shah et al.,2020). Es el resultado de sentimientos de incertidumbre y de incontrolabilidad.

Un 9,6% de las personas estudiadas presentaron distrés durante la primera semana de confinamiento

En nuestro estudio de abril (Orte, Sanchez, y Vives, 2020) un 9,6% de la muestra estudiada (806 personas) presentaba criterios compatibles con distrés durante la primera semana de confinamiento. Si se realizara una nueva evaluación, probablemente esos niveles de distrés serían muy superiores. Hay que tener en cuenta que tanto el número de infecciones como la mortalidad se han multiplicado por siete desde la primera semana de confinamiento en la que realizamos el estudio. De hecho, así se refleja en la encuesta nacional China, que evaluó el porcentaje de personas que experimentaron distrés desde el inicio de la pandemia del COVID-19 (diciembre de 2019) hasta el 6 de abril de 2020. Los resultados indicaron que hasta el 35% de los encuestados experimentaron distrés psicológico, aumentado 26,9% desde el inicio de la pandemia (Qiu, Shen, Zhao, Wang, Xie, y Xu, 2020).

Las razones tienen que ver, como defendemos en el estudio, con el hecho de que los niveles de distrés se vinculan a la percepción de riesgo que tiene la población ante la pandemia y con la anticipación al diagnóstico de enfermedades que pueden amenazar la vida. Un riesgo nada desdeñable, atendiendo al número de personas infectadas y fallecidas en España (220.325 diagnosticados, 25.857 muertos y 126.002 curados a 7 de mayo de 2020).

Por otra parte, y a medida que han ido aumentando los días de confinamiento, han aparecido nuevas carencias relativas a la necesidad de contacto físico y afectivo con la familia y las amistades. A estas debemos sumar todas aquellas procedentes de la variada casuística por enfermedad o muerte por COVID-19 en la familia, amigos o personas cercanas (como por ejemplo el duelo no resuelto) y las relativas a la recesión económica que se anticipa, o incluso el posible repunte de contagios que puede producirse durante las fases de desescalada. Por no citar la incertidumbre con la que viven numerosas familias por sus empleos durante el 2020. Las Islas Baleares y otros destinos turísticos, son casos claros, dado que sustentan su economía en el turismo. Y obviamente, a pesar de los posibles planes alternativos que se están estableciendo, el panorama turístico a corto plazo es patente: no habrá temporada turística, o bien, esta será deficitaria. Así pues, es evidente que el futuro aparece incierto, tanto a nivel social, psicológico, sanitario y económico.

Tanto el distrés como el sesgo de optimismo influyen en el modo en el que se afronta la pandemia

La cuestión a tener en cuenta de forma específica es que una mayor percepción de riesgo se ha vinculado, en nuestro estudio, con niveles más elevados de distrés. Por otra parte, otros estudios explican que también se produce el sesgo de optimismo (Kuper-Smith, Doppelhofer, Oganian, Rosenblau, y Korn, 2020), en el que los individuos estiman la probabilidad de infectarse con el virus y de infectar a otros –en el caso de que se infecten-, más baja que para alguien similar a ellos. Así pues, tanto el distrés como el sesgo de optimismo influyen en el modo en el que se afronta la pandemia, interfiriendo en la ejecución adecuada de las medidas preventivas.

Así pues y teniendo en cuenta que estamos en la primera fase de desescalada, es si cabe más importante establecer estrategias dirigidas a desarrollar percepciones realistas, prácticas y orientadas a soluciones (no a generar preocupación). Los medios de comunicación son una herramienta clave para conseguir ese objetivo, a partir del desarrollo de informaciones breves, específicas, centradas en cómo actuar, contextualizadas en el lugar en el que se vive y fundamentadas en las fuentes oficiales.

Estos días de confinamiento también nos han traído muchas cosas positivas que nunca hubiéramos imaginado. Hemos aprendido a reducir el ritmo diario, y con ello, a pasar tiempo con nuestros familiares, a cuidar y organizar nuestro hogar. Hemos cambiado el foco de atención y nuestra mirada. Disfrutamos saludando y hablando con los y las vecinas. Hemos aprendido a mejorar nuestra cocina, a reencontrarnos con los libros, a descansar sin que el reloj apriete y a  elegir las canciones de fondo que nos acompañan cada día. El balance, pues, hay que evaluarlo desde ahí. Por eso es muy importante controlar la percepción de riesgo, aprender a regular las emociones y adquirir nuevas rutinas saludables.

Bibliografía
Orte, C., Sánchez-Prieto, L., y Vives, M. (2020). ¿Cómo afecta el distrés a la percepción de vulnerabilidad de los colectivos de riesgo? Evaluación durante la primera fase de la pandemia COVID-19. Palma: UIB. 

FIRMANTES DEL BLOG

  • Carmen Orte Socias. Catedrática UIB.
  • Lydia Sánchez Prieto. Investigadora Gifes UIB
  • Marga Vives Barceló. Investigadora Gifes UIB
  • Carmen Montón es embajadora observadora permanente ante la Organización de los Estados Americanos y ha sido Ministra de Sanidad, consumo y bienestar social y Consellera de Sanidad.
  • Ricardo Campos. Médico Oftalmólogo. Ha sido Secretario General del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social y subsecretario autonómico de sanidad.
  • Rafael Sotoca. Médico de familia y activista sanitario. Fue director general de asistencia sanitaria de la Comunidad Valenciana.
  • Begoña Frades García. Psiquiatra y jefa del área de salud mental del Hospital Pare Jofre. Ha sido coordinadora autonómica de salud mental.
  • José Antonio López Cócera es enfermero especialista en salud mental y miembro de la comisión nacional de la especialidad.
  • Isabel González. Médico radiólogo. Fue jefa de servicio y profesora asociada de radiología en la Universidad Miguel Hernández de Elche así como Directora Gral. de la Alta Inspección y gerente de los departamentos de salud de San Juan de Alicante y La Ribera (Alzira)
  • Enrique Ortega. Médico especialista en enfermedades infecciosas y jefe de servicio de Enfermedades Infecciosas, Emergentes e Importadas. Ha sido profesor asociado de de medicina de la Universidad de Valencia y Director Gerente del Departamento de Salud Hospital General de Valencia
  • Ana Boned Ombuena. Técnico Superior de Salud Pública de la Consellería de Sanitat Valenciana. Máster en salud pública por la U. de Harvard y especialista en medicina familiar y comunitaria.
  • Antonia García Valls. Asesora coordinadora en la Vicepresidencia Cuarta, Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Ha sido diputada en el congreso de los diputados.
  • Pere Herrera de Pablo. Medico de familia y médico SAMU. Ha ejercido como director del Servicio Emergencias Sanitarias de la Comunitat Valenciana.
  • Roser Falip Barangué. Doctora en Medicina y especialista en medicina de familia y en análisis clínicos. Ha sido gerente del departamento de salud de Alcoy.
  • Aurelio Duque Valencia. Médico de Familia y Comunitaria y representante sindical. Ha sido presidente de la Sociedad Científica de Medicina Familiar en la Comunitat Valenciana.
  • Verónica Montón Alegre. Artista interdisciplinar. Ilustradora del Blog Coronavirus en positivo.
  • Juan Domene. Médico Inspector en el servicio de calidad asistencial y seguridad del paciente. Ha sido gerente del departamento de salud Arnau de VilanovaLliria.

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