Salud en positivo

Día de la salud mental 2020

Ilustración de Verónica Montón Alegre.
Ilustración de Verónica Montón Alegre.

Hace casi 30 años que la Federación Mundial de Salud Mental declaró el primer Día de la Salud Mental. Cada año, con un lema diferente, se ha ido visibilizando la salud mental y llamando la atención sobre diferentes aspectos: suicidio, infancia y adolescencia, depresión,
salud mental y salud física ... Este año, el lema elegido por la OMS, junto con las organizaciones asociadas United for Global Mental Health y la Federación Mundial de Salud Mental, es "Una oportunidad para impulsar un aumento a gran escala de la inversión
en salud mental".

Pero este año, esta celebración tiene unas connotaciones bien diferentes, y es la pandemia de la COVID19. La pandemia ha afectado y empeorado la situación de las personas con problemas de salud mental en diferentes aspectos. Por una parte, la pandemia ha reducido
la atención presencial en los servicios de salud mental, ha puesto más en evidencia el estigma y discriminación existente y su repercusión en el bienestar emocional y economía de cada persona tendrá unas consecuencias inimaginables.

La OMS lleva décadas llamando la atención sobre el hecho de que la salud mental es una de las áreas más desatendidas de la salud pública, a pesar del reconocido lema "no hay salud sin salud mental" Cerca de 1000 millones de personas viven con un trastorno
mental, 3 millones de personas mueren cada año por el consumo nocivo de alcohol y una persona se suicida cada 40 segundos. A pesar de estas cifras tan llamativas, son pocas las personas en el mundo que tienen acceso a servicios de salud mental de calidad, a lo que
hay que añadir la estigmatización, el carácter punitivo de la legislación y las violaciones de los derechos humanos de las personas con problemas de salud mental.

Y ahora además, millones de personas de todo el mundo se han visto afectadas por la pandemia COVID19, evidenciándose graves consecuencias en el bienestar mental de las personas, y teniendo en cuenta que esto es sólo el principio. Por ello, el director de la OMS,
el Dr Tedros Adhano insta a comprometerse seriamente a aumentar la inversión en salud mental, ya que sino las consecuencias sanitarias, sociales y económicas tendrán un gran alcance.

Pero hay dos preguntas que debemos hacernos. La primera, por qué no se invierte en salud mental siendo tan evidente el beneficio. Por ejemplo, por cada dólar invertido en el tratamiento de la depresión o la ansiedad, se obtiene un rendimiento de 5 dólares en cuanto
a la mejora de la salud y la productividad, y la segunda, qué es invertir en salud mental.

Por ejemplo, cómo señala el Relator Especial de la ONU, Dr. Dainius Pûras en su informe de 2019, la mala salud mental es una amenaza para la productividad económica, por lo que alerta de que las prioridades se centren en recuperar la fuerza de trabajo y recomienda
entre las medidas para combatir los trastornos mentales aquellas encaminadas a luchar contra la desigualdad y la discriminación. La necesidad de establecer medidas que garanticen el respeto a los derechos humanos y propicien la vinculación social como
alternativa al modelo biomédico, son intervenciones imprescindibles si queremos prevenir los trastornos mentales. El último informe del Relator Especial de la ONU, de junio de 2020, deja claro que NO HAY SALUD SIN SALUD MENTAL y que no puede haber buena salud
mental sin derechos humanos.

La mejora de la salud mental, que incluye la promoción, prevención, atención y rehabilitación precisa de un abordaje transversal implicando a todos los sectores y políticas, dado el papel determinante que juega el entorno social, psicosocial, político y económico a
la hora de gozar de una buena salud mental.

Firma del Post: 

  • Begoña Frades García. Psiquiatra y jefa del área de salud mental del Hospital Pare Jofre. Ha sido coordinadora autonómica de salud mental.

Forman el Foro Ágora Salud:

  • Carmen Montón es embajadora observadora permanente ante la Organización de los Estados Americanos y ha sido Ministra de Sanidad, consumo y bienestar social y Consellera de Sanidad.
  • Ricardo Campos. Médico Oftalmólogo. Ha sido Secretario General del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social y subsecretario autonómico de sanidad.
  • Rafael Sotoca. Médico de familia y activista sanitario. Fue director general de asistencia sanitaria de la Comunidad Valenciana.
  • Begoña Frades García. Psiquiatra y jefa del área de salud mental del Hospital Pare Jofre. Ha sido coordinadora autonómica de salud mental.
  • José Antonio López Cócera es enfermero especialista en salud mental y miembro de la comisión nacional de la especialidad.
  • Isabel González. Médica radióloga. Fue jefa de servicio y profesora asociada de radiología en la Universidad Miguel Hernández de Elche así como Directora Gral. de la Alta Inspección y gerente de los departamentos de salud de San Juan de Alicante y La Ribera (Alzira)
  • Enrique Ortega. Médico especialista en enfermedades infecciosas y jefe de servicio de Enfermedades Infecciosas, Emergentes e Importadas. Ha sido profesor asociado de de medicina de la Universidad de Valencia y Director Gerente del Departamento de Salud Hospital General de Valencia.
  • Antonia García Valls. Asesora coordinadora en la Vicepresidencia Cuarta, Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Ha sido diputada en el congreso de los diputados.
  • Pere Herrera de Pablo. Medico de familia y médico SAMU. Ha ejercido como director del Servicio Emergencias Sanitarias de la Comunitat Valenciana.
  • Roser Falip Barangué. Doctora en Medicina y especialista en medicina de familia y en análisis clínicos. Ha sido gerente del departamento de salud de Alcoy.
  • Juan Domene. Médico Inspector en el servicio de calidad asistencial y seguridad del paciente. Ha sido gerente del departamento de salud Arnau de VilanovaLliria.

Ilustra el blog:

  • Verónica Montón Alegre. Artista interdisciplinar.

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