Posibilidad de un nido

Nuevo Gobierno: la cruz de Ayuso

Nuevo Gobierno: la cruz de Ayuso
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (i) recibe a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.- EFE

Si Isabel Díaz Ayuso pone la cara, y eso es indudable porque el PP no tiene otra a mano, el nuevo Gobierno de Pedro Sánchez será su cruz.

La oposición al Gobierno de España ha cambiado. Ya no son el PP en sentido amplio, ni Pablo Casado, ni esa idea boba del centro-derecha o del "partido amplio" al que alude el presidente del partido. La oposición ahora se llama Isabel Díaz Ayuso y va de la mano de la ultraderecha de Vox. Ante esa nueva oposición se impone un nuevo Gobierno, unas nuevas armas, y Sánchez la ha elegido minuciosamente.

Cuatro son los palos sobre los que el presidente aspira a crucificar a la nueva lideresa de las derechas: Feminismo, vivienda, proximidad y entorno digital, o sea futuro.

Feminismo

El nombramiento de Pilar Llop al frente de Ministerio de Justicia es una de las mejores noticias para el feminismo, cuyo mayor azote respira en las oscuridades sin fondo del Poder Judicial. Para la posteridad queda el corte que la entonces presidenta del Senado asestó al representante de VOX Jacobo González-Robatto. El hombre se había dirigido a ella como "señora presidente". La jueza Llop le respondió con un celebrado "gracias, señora senadora". Llegada desde la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género, supone una apuesta por los derechos de las mujeres en el sector más duro contra ellas.

El PP va a necesitar a los ultras de VOX para gobernar, como así ha venido siendo. La muestra más brutal es la forma en la que están marcando la agenda de la presidenta Ayuso. Tiempo llevan negando la violencia machista y pregonando ideas de chiringuitos y madres asesinas. Ese es el nuevo PP, la nueva oposición ultramontana. A ella era necesario oponer un escudo recio como el de la jueza Pilar Llop y precisamente donde más les duele.

Pero no solo Llop. También se conoce a Pilar Alegría, al frente de Educación, por su inquebrantable feminismo. Es sabida su ausencia de los ámbitos del Gobierno aragonés cada 8 de marzo sin necesidad de explicaciones. Y no es casual su desembarco en el ministerio de Educación. Será en Educación donde arrecien los ataques más conservadores hacia las próximas Generales. El pin parental, la asignatura religión, la escuela concertada o la educación en valores forman parte de las armas más afiladas de las derechas extremas, sobre todo la de Ayuso.

Juventud y proximidad

A ellas hay que sumar otras tres nuevas ministras: Raquel Sánchez, al frente de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana; Diana Morant, en Ciencia e Innovación; e Isabel Rodríguez, en Portavocía y Ministerio de Política Territorial. Son respectivamente alcaldesas de Gavà, Gandía y Puertollano.

Se trata, pues, de una apuesta por la Administración más cercana frente a la carcunda Díaz Ayuso que camina de la mano de José María Aznar y la vieja guardia del PP. El poder municipal, plazas y calles, frente a los omnipotentes entramados financieros y las grandes corporaciones. Pero también por lanzar a los viejos poderes conservadores una bofetada de juventud. Y en este caso no podrán afirmar que son "jóvenes sin más experiencia que la universidad", porque el trabajo de las tres al frente de la Administración pública está más que reconocido.

Vivienda

El pasado mes de mayo, el ayuntamiento de Gavà aprobó limitar el precio de los alquileres con la que será ministra del ramo, Raquel Sánchez, al frente del consistorio. Con este nombramiento, no solo se acercan las posturas de los dos socios del actual Gobierno, PSOE y Unidas Podemos, sino que además todo a punta a que será un frente compacto ante la "libertad" de mercado de la vivienda que preconiza en PP en general y muy particularmente el de la Comunidad de Madrid.

La nueva ministra Sánchez despierta incluso las simpatías de los sectores más beligerantes a favor de la regulación de los alquileres. Jaime Palomera, portavoz del Sindicat de Llogueteres y Llogueters, publicaba ayer en su cuenta de twiter: "La nueva ministra encargada de impulsar la Ley de Vivienda aprobó hace pocas semanas que Gavà siga regulando el precio del alquiler durante 5 años. Confiamos en que será consecuente y no cederá a las presiones de los fondos buitre. Toca blindar y extender la regulación vigente".

Enfrente tendrá no solo a esta nueva derecha que baila el chotis con los fondos buitre, sino también a la mayoría de los grandes medios de comunicación, sobre todo audiovisuales.

Entono digital

Pocos frutos o ninguno ha dado el extravagante nombramiento de Pedro Duque al frente del ministerio de Ciencia e Innovación. Su sustitución por Diana Morant, ingeniera de Telecomunicación, reúne juventud, experiencia en la gestión pública y feminismo en un ámbito al que le venían haciendo mucha falta todos y cada uno de dichos perfiles.

Es además una cartera transversal, que deberá trabajar mano a mano con todas las anteriores y a la que Pedro Sánchez ha decidido destinar un buen pellizco de los fondos europeos de la pandemia, frente a la absoluta indiferencia de su oponente Díaz Ayuso, en cuyo Gobierno ni se contempla este sector.

Y hasta aquí, todo mujeres.

En resumen, echa a andar, más que una remodelación, un nuevo Gobierno. Porque nuevas son las amenazas que le toca enfrentar. Las últimas elecciones en la Comunidad de Madrid y el omnipresente y feroz perfil de su presidenta dibujan una oposición cada vez más cercana a la extrema derecha pura y dura en la que las supuestas "juventud" y "renovación" que aportaba Pablo Casado van diluyéndose hasta quedar en gasa.

Frente a lo que Pedro Sánchez entiende como futuro, Díaz Ayuso opone un pasado que hunde sus raíces en el pasado más negro de España. Habrá que ver si hay o no hay vuelta atrás, pero cabe pensar que el futuro tarde o temprano acaba llegando. Por lo pronto, Sánchez acaba de levantar la cruz de Ayuso.

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