Posibilidad de un nido

Un golpe de Estado es posible

Un golpe de Estado es posible
El presidente nacional del Partido Popular, Pablo Casado (c), el exministro y presidente de la Fundación Transición Española, Rafael Arias Salgado (i) y el exministro y diplomático Ignacio Camuñas (d), durante la mesa redonda La Concordia.- EFE

Para que nos entendamos, esta gente del PP piensa que Mariano Rajoy es socialdemócrata. Y ya puesta, por aquí deberíamos saber que Isabel Díaz Ayuso es de extrema derecha y nosotras, nosotros de extrema idiotez.

Me he quedado estupefacta al enterarme por varios medios de comunicación de que el presidente del PP, Pablo Casado, no ha puesto un pero a las franquistas palabras del franquista Ignacio Camuñas, ministro del gobierno del franquista Adolfo Suárez y militante en la primera etapa de Vox. A estas palabras: "La Guerra Civil es el fracaso de todos los españoles. Y si hay un responsable de la Guerra Civil directamente es el Gobierno de la República. Y un golpe de Estado no es lo que ocurrió en 1936, lo siento por lo que opinen otros muchos historiadores".

Entiendo que, si Camuñas se hubiera desmelenado con un Viva la Pasionaria o una jota valenciana, quizás Casado habría salido a declarar que el hombre estaba un poco desorientado. Pero ni el uno ni el otro estaban desorientados en absoluto. Vaya, que su orientación es meridiana. Así que el problema no lo tienen ni ellos ni el PP, sino quienes contemplaban la posibilidad de que el presidente del PP le afeara al franquista unas palabras violentas.

Pablo Casado invitó a Camuñas para que hiciera exactamente lo que hizo, un elogio del franquismo. Porque Casado no puede permitírselo, así de simple. Por eso elige a quien sí puede, se lo sienta al lado y le da la palabra. De eso se trata. ¿Cómo diantres iba a no estar de acuerdo con su propia decisión, con su estrategia?

Pero la cosa no acaba ahí. Ojalá. Casado y el PP deciden lanzar una alabanza al franquismo, Camuñas mediante, y en realidad lo que están haciendo, en un planificado paso hacia la extrema derecha, es popularizar un nuevo argumento. Uno que va más allá del asunto de "los dos bandos", más allá de "no reabrir heridas", más allá del "comunismo se come a los niños".

El argumento que el PP acaba de lanzar a la opinión pública española es que un golpe de Estado no es un golpe de Estado si quienes lo perpetran lo hacen en pos de su idea de libertad o contra alguien que piensa de forma diferente. O sea, lo que hizo Pablo Casado, presidente del PP, por boca de Camuñas fue justificar un golpe de estado.

Al día siguiente –yo estaba ahí–, los tertulianos "conservadores" de las televisiones y las cadenas de radio ya habían hecho suya tal idea y repetían por las españas que lo de Franco no fue un golpe de estado, que la República fue la que provocó una guerra, y que bien está lo que bien acaba, porque lo de Franco no fue exactamente una dictadura.

Lo juro.

Y me veo en la necesidad de jurarlo porque en esta democracia española jamás creí que llegaría a oír alabanzas a un dictador y a una guerra civil lanzadas por doquier en tribunas públicas y sin rubor. Más bien con cierto jolgorio.

Así que los mismos que abrían bocas de sorpresa boba por la inacción de Casado ante el camuñazo que él mismo había organizado, los mismos y con la misma boca abierta se escandalizan porque el presidente del PP afirma que derogará la Ley de Memoria Democrática en cuanto llegue a la Moncloa, cosa esta última que veo difícil. Oh, qué sorpresón que un político que ensalza el franquismo pretenda echar abajo una ley de Memoria Democrática. Lo raro sería que le pusiera un piso.

Y tanto se ha escorado hacia la extrema derecha esta semana Casado, que la lideresa Díaz-Ayuso se ha visto en la necesidad de recordarle que ese espacio es suyo. Así que, en un tuit publicado este miércoles 21 de julio, ya le ha lanzado un "ojito, Pablete":

Mientras los biempensantes abren la boca al descubrir que el cardo es cardo, el PP ya ha hecho pública su batalla interna por ver quién es más de extrema derecha. Por lo pronto, su presidente, en teoría "el moderado", acaba de justificar que un golpe de Estado es posible.

Como dice Ayuso, "el mal no descansa".

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