Posibilidad de un nido

Ministra Pilar Llop, ¿se da cuenta de lo que ha hecho?

María Salmerón, en una imagen de marzo de 2018. E.P./Jesús Prieto
María Salmerón, en una imagen de marzo de 2018. E.P./Jesús Prieto

Yo ya no sé, no sé. Iba a empezar este artículo preguntándole a la ministra de Justicia, Pilar Llop, si iba a dormir bien esta noche. Así, en tono macarra. Yo, desde luego, me pasaría la noche en vela. Pienso que quizás si una mujer da un paso como el de la ministra Llop, que además fue delegada del Gobierno para la Violencia de Género, cabe la posibilidad de que ni siquiera sea consciente de lo que hace, del brutal calado de su decisión, una decisión que por cierto ni siquiera ha compartido con el resto de los ministerios.

Iba a empezarlo macarra, pero es que cualquier acción, cualquier tono, requiere su previo discernimiento, y yo en este caso no consigo salir de este baile siniestro del dolor con la estupefacción que se me ha instalado en el alma.

La frase "María Salmerón somos todas" no es un eslogan. Es que somos todas. Literalmente, ministra Llop, todas, usted también, y su hija o su hijo si los tiene. Todas y todos, porque, que yo sepa, puede que muchas no sean madres, pero todas somos hijas e hijos. El horror se multiplica cuando es lanzado al futuro, y modifica la forma en que se expande, y nos roba los medios para luchar contra él, machaca las palabras que podríamos usar, las quema y con su ceniza fabrica barrotes de celda.

El Ministerio de Justicia que usted encabeza, Pilar Llop, ha denegado el indulto a una madre que lleva toda su vida peleando con la Justicia y con su exmarido violento para proteger a su hija. El tipo no es violento porque lo diga yo, sino porque así lo sentenció la condena de un juzgado. No solo es violento por las agresiones físicas a las que la sometía. También lo ha seguido siendo hasta el día de hoy, su triunfal día de hoy en el que ha visto colmada su venganza, su exacerbada sed de causarles dolor a ella y a la hija de ambos. Usted le ha dado el triunfo.


La mujer se llama María Salmerón. Su hija se llama Miriam, está ya en la veintena y desde que tuvo uso de razón rechazó estar con su padre. Hasta tal punto se ensañó con ella la Justicia que llegaron a darle a él la custodia exclusiva durante dos años que fueron un infierno. No lo cuento yo, lo cuenta ella. La niña tenía nueve años.

¿Se da cuenta, ministra Llop, de que metiendo a la madre en la cárcel castiga la posibilidad de defender a nuestras hijas e hijos contra la violencia? ¿Se da cuenta de que usted acaba de aplastar con hierro de bota claveteada la confianza en que denunciar el maltrato resulte útil? ¿Se da cuenta de en qué ha convertido la última posibilidad de la joven Miriam de creer en el triunfo del bien y el castigo del mal? ¿Ha pensado usted, ministra Llop, en cuántas Miriams hay, cuántas María Salmerón? ¿Es usted consciente de a cuantísimo dolor le ha robado los algodones?

Durante toda su infancia, la hija de María Salmerón vio cómo esta sociedad, representada por sus más altas instancias, castigaban a su madre por protegerla con enconada valentía. Fueron pasando los años y durante toda su adolescencia entendió que la misma inquina que nuestro sistema democrático, nuestros poderes político y judicial aplicaban contra su madre se ensañaba contra a ella también. Que además ella misma era el arma. Víctima y arma. El instrumento utilizado por su padre para seguir maltratando a la mujer que lo abandonó tras tantos golpes, palizas, en cuanto fue madre. Vicaria llamamos a esa violencia, y te rompe, después solo quedan pedazos. Ya adulta, hoy ve cómo su madre entrará en la cárcel por la simple razón de dedicar toda su vida a que su hija no sufra lo que ella sufrió. Dedicada a protegerla.


Quede claro, no me gustaría que cupiera ninguna duda de ello, que por supuesto jamás permitiría que mi hija viviera un solo día con su padre maltratador. Que haría todo cuanto está en mi mano para impedirlo. ¿Y usted, ministra Llop? ¿Qué haría usted?

Como no sé si se da cuenta de lo que ha hecho, ministra de Justicia Pilar Llop, le dejo unos cuantos artículos publicados en este periódico por Marisa Kohan, probablemente la periodista que mejor conoce el asunto y su contexto:

AQUÍ le cuenta los tres indultos que el Gobierno del PP concedió a María Salmerón. ¡Del PP!

AQUÍ Kohan le explica cómo mientras la presentaban como "delincuente habitual", Rajoy premiaba la lucha de esta mujer obstinada en defender lo incuestionable: "El abogado resalta en su escrito la incongruencia de que Salmerón sea presentada como una "delincuente habitual" por la jueza, cuando entre los años 2001 y 2014 ha recibido tres indultos por parte del Gobierno al estimar que su conducta estaba relacionada con la protección de su hija. Salmerón llegó a recibir, incluso, un premio en 2015 por parte del entonces presidente Rajoy, acto en el que participaron diversos partidos políticos, por su "lucha en favor de los derechos de la mujer y de la protección a los hijos menores".

Y AQUÍ, en una entrevista con Miriam, la hija de Salmerón, la chica se pregunta ante la periodista algo que seguramente usted no es capaz de responder: "¿Por qué siguen condenando a mi madre si desde que tengo uso de razón he dicho que no quiero ver a mi padre?".

Que descanse, ministra.

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