Crónicas insumisas

Drones, nueva generación de armas de guerra

Tica Font

Directora del Instituto Catalán Internacional por la Paz y miembro del Centre Delàs d’Estudis per la Pau

El final de la Guerra Fría dio paso al inicio de la guerra contra el terrorismo y una nueva manera de hacer la guerra. El vector tecnológico, el diseño de nuevas armas representa unos de los ejes esenciales de la nueva manera de hacer la guerra y de la nueva carrera de armamentos.

Los aviones no tripulados "drones" (abejorros) son aparatos equipados con sofisticados sensores y cámaras, pueden ser invisibles a los radares, tienen visión nocturna, pueden ver de día y de noche, con lluvia, sol o nubes y no se cansan ni se aburren trabajando. Estos aviones pueden recoger mucha información visual, electrónica, interceptar comunicaciones, etc., pueden realizar trabajos de información, seguimiento, detección o disparar proyectiles contra un blanco determinado.

El modelo Predator (ya anticuado) está dirigido desde tierra, el soldado está sentado a cientos o miles de kilómetros, detrás de una pantalla como las PlayStation desde donde los pilota a distancia y en tiempo real.  Modelos posteriores como el Reaper, son más inteligentes y más autónomos, tienen más alcance que sus antecesores, pueden despegar, aterrizar y sobre volar por sí mismo un destino especificado, por tanto disponen de un buen grado de autonomía y van equipados con misiles. Ya se ha fabricado un modelo de dron de combate silencioso en X-47B, para portaviones. La industria aeroespacial ha dejado de invertir en investigar y desarrollar aviones de combate convencional y se centra exclusivamente en aviones o vehículos no tripulados.
A principios de los años 2000 el ejército norteamericano apenas disponía de estos aparatos en la actualidad disponen de unas 7.000 aeronaves, algunos de estos drones se utilizan en misiones que van desde espiar, hacer seguimiento y búsqueda de miembros de Al-Qaida a disparar y asesinar a supuestos terroristas en Pakistán, Afganistán, Yemen o Somalia.

Estamos en los albores de nueva manera de hacer la guerra, la guerra a través de las maquinas, maquinas que disparan a nivel remoto y con menor riesgo para los soldados, bajo la consigna de los políticos "bajas cero", bajas de los militares occidentales, que no equivale a que los civiles que rodean al presunto terrorista o blanco del ataque no mueran y de manera indiscriminada.

La nueva tecnología que se está desarrollando, y que va más allá de los drones, cambiará las estrategias, las tácticas y las teorías de hacer la guerra y no solamente en cuanto a las capacidades. Pensemos que estos drones están dirigidos desde una oficina a miles de kilómetros de distancia, la experiencia de hacer la guerra y el perfil del guerrero cambia drásticamente; con estas armas el soldado hace la guerra durante 12 horas y vuelve a casa a cenar y a revisar los deberes escolares con los hijos, la guerra puede hacerse por turnos de 8 horas.

Este tipo de armas interpone una gran distancia física entre el ser humano y el arma. Este distanciamiento físico puede provocar un distanciamiento psicológico y moral o una disminución del sentido y de la conciencia de la responsabilidad de la actuación. Con las armas no tripuladas o a distancia, las guerras serán más fáciles de empezar, las barreras morales, éticas y psicológicas serán más débiles, los políticos tendrían menor resistencia a involucrarse en el desarrollo de las guerras ya que no estarían tan presionados por el rechazo de los ciudadanos a las pérdidas de las vidas humanas.

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