Crónicas insumisas

La guerra de Ucrania: el fracaso de Putin, la OTAN y la UE

Pere Ortega, Centre Delàs d’Estudis per la Pau

La guerra de Ucrania: el fracaso de Putin, la OTAN y la UE
Un hombre sostiene una foto del presidente ruso, Vladimir Putin, durante una protesta prorrusa en Belgrado, Serbia, el 15 de abril de 2022. Las tropas rusas ingresaron a Ucrania el 24 de febrero, lo que llevó al presidente del país a declarar la ley marcial y provocó severas sanciones económicas a Rusia impuestas por países occidentales. (Protestas, Rusia, Ucrania, Belgrado) EFE/EPA/ANDREJ CUKIC

Cuando se fundó la OTAN en 1949, se hizo célebre la frase de que esta organización se creó para tener "a Estados Unidos arriba, a Alemania debajo y a Rusia enfrente", pero analistas críticos parodiándola afirmaron que en realidad la OTAN nacía para tener "a Estados Unidos arriba, Europa debajo y a Rusia enfrente". Una afirmación mucho más cercana a la realidad y que en la actual guerra de Ucrania se ha vuelto a demostrar que los críticos con la OTAN tenían razón.

Retrocedamos a los meses anteriores a la invasión de Ucrania por parte de Rusia y recordemos las diversas reuniones que tuvieron lugar entre Estados Unidos y Rusia para resolver la crisis. Fueron en el mes de enero de este año cuando se reunieron, unas veces por video conferencia y otras en Ginebra con diversos interlocutores. Unas veces eran los secretarios de Estado, Antony Blinken por parte de EEUU y Serguei Lavrov por Rusia, y otras ocasiones con vicesecretarios. Pero en esas reuniones había algo que destacaba y asombraba, en ninguna de ellas estaba presente ningún representante de la Unión Europea. Algo que demuestra que los críticos con la OTAN tenían razón: en política exterior y de seguridad quien manda es EEUU y la UE no tiene voz propia y sigue dependiendo de lo que digan los diferentes veintisiete jefes de los estados miembros. Más otra cuestión de peso: Rusia menosprecia a los países europeos por considerarlos vasallos de EEUU dentro de la OTAN.

En esas conversaciones Vladimir Putin puso encima de la mesa de negociación con Estados Unidos diversas propuestas que muy pocos medios han difundido en su integridad. Señalando tan sólo una: que no se podía aceptar la demanda rusa de que Ucrania no fuera admitida en la OTAN porque ello representaba vulnerar su soberanía.
Pero hubo bastantes más que bajo el prisma del Kremlin representaban amenazas para la seguridad de Rusia y que a continuación se reproducen:

1. Que Ucrania y Georgia no fueran admitidas en la OTAN por estar situadas en frente a las fronteras rusas.

2. El desarme de Ucrania de armamento ofensivo que pudieran representar una amenaza para Rusia

3. El desmantelamiento de las bases e instalaciones militares ucranianas de utilización conjunta con la OTAN

4. Un estatuto de neutralidad para Ucrania similar al que ostentan Suecia y Austria

5. El reconocimiento de Crimea como territorio integrado en Rusia

6. El reconocimiento de los territorios de Donest y Lugansk con mayoría de población rusa con un estatuto que los reconociera como autónomos

7. El reconocimiento de la lengua rusa como lengua oficial en Ucrania

8. Retirar las bases militares de la OTAN de todas las exrepúblicas soviéticas hoy integradas en la OTAN

9. Recuperar el Tratado INF de mísiles de medio alcance que obligue a retirar todos los mísiles de suelo europeo incluidos los rusos

10. Que la OTAN retrocediera a las fronteras establecidas en 1992. Es decir, que las catorce repúblicas exsoviéticas abandonaran la OTAN.

La respuesta de EEUU y es de suponer que de los países consultados dentro de la OTAN fue negativa. Pero si se analizan en profundidad las nueve primeras demandas eran razonables y algunas de ellas fáciles de asumir, la décima era mucho más difícil porque dependía de la decisión de catorce Estados que, aunque discutible, también entraba en la lógica de la seguridad de Rusia.

La no aceptación de EEUU y la OTAN a las demandas del Kremlin desde luego no justifican la invasión militar de Rusia en Ucrania. No solo por vulnerar el Memorándum de Budapest de 1994 y los acuerdos de Minsk de 2015, donde Rusia se comprometía a garantizar la integridad territorial de Ucrania. Sino también porque esta guerra explica las pretensiones imperialistas de Putin con sus intervenciones militares en Bielorrusia, Kazajistán y ahora en Ucrania. Hechos que merecen una condena sin paliativos.

Pero a la vez, también demuestra el afán expansionista -y por qué no imperialista- de EEUU a través de la OTAN de aproximarse a las fronteras rusas. Y explica, por qué no han querido buscar una solución al conflicto en la mesa de negociación dando alguna vía de solución a algunas de las propuestas del Kremlin que pudieran dar alguna satisfacción a las dos partes y evitaran la guerra.

La catástrofe humana, social y económica que representa la guerra de Ucrania tiene responsabilidades repartidas, sin duda más en el lado del Kremlin, pero también por parte de EEUU y de la Unión Europea.

¡La guerra es el fracaso de la política!

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