Cuarto y mitad

8 hombres 8

Seis son los que se presentan como cabeza de lista de los partidos de ámbito estatal que aspiran a ser presidente del gobierno:  Pedro, dos Pablos, Albert, Santiago e Íñigo, a los que hay que añadir a Gabriel y Aitor de ámbito autonómico como partidos más votados.  En nombre de JxCat actuará una mujer porque el que debía ser número 1 está en prisión. En total el 63% de cabezas de lista de todas las provincias son hombres (portal Maldita.es con datos del BOE).

Normal ¿verdad? De todas formas no hay de qué preocuparse, ya que  todos somos personas e iguales; y además eso de ser mujer u hombre hoy día ya está pasado de moda, es una antigualla.  Quién sabe si de los 8 candidatos alguno de ellos se siente mujer ¿por qué no? si ahora lo que define la identidad de género es el sentimiento íntimo. Los hombres pueden perfectamente ponerse en nuestro lugar: saben lo que se siente cuando ganas menos que ellos;  lo que pasa cuando te rechazan en un puesto de trabajo porque puedes quedarte embarazada; lo que es organizar la intendencia en casa al mismo tiempo que cumplir ocho horas de trabajo; saben mucho mejor que nosotras lo que es tener una menstruación dolorosa, llevar nueve meses una criatura en el útero y sobre todo saben lo que es parir y más aún, cederlo a unos terceros que se encuentran a mil kilómetros de distancia; y si no lo saben lo inventan como aquella famosa imagen de la pareja de gays que, como en el Cuento de la criada, simulaba haber tenido una criatura (ver aquí ) mientras la parturienta de verdad aparecía a un lado como si hubiera estado de visita. Cuánto dolor debió experimentar aquel hombre velludo mientras la mujer empujaba.

Y es que los hombres lo saben todo sobre las mujeres, qué digo, lo saben mucho mejor que las mujeres. Y además hoy día puedes ser mujer y tener barba y bigote, pene y todos los atributos considerados tradicionalmente masculinos, porque en su fuero interno pueden sentirse más mujer que cualquiera de nosotras. ¿Y quienes somos las feministas trasnochadas para cuestionar ese sentimiento?   Estos hombres candidatos saben perfectamente lo que quieren las mujeres, hablan mejor, piensan mejor, defienden mejor nuestros intereses. ¿Para qué es necesario pedir la paridad? ¡Que gobiernen ellos! Podríamos decir parafraseando a Unamuno. A esto, amigas mías, pueden conducir algunas derivas que hacen furor en el feminismo postmoderno. Que Santa Judith nos coja confesadas.

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