Cuarto y mitad

El generismo, nuevo movimiento social

Todos los movimientos sociales merecen tener un nombre. Creo que estamos ante el nacimiento de un nuevo movimiento que a falta de una denominación mejor llamaré generismo, (no lo he inventado yo, lo he visto en las redes) y que podríamos definir como "movimiento social y político de las personas que reivindican la autodeterminación de género". Un movimiento social según todas las definiciones debe tener una teoría que lo arrope, una agenda con los objetivos a conseguir y una vanguardia que lo impulse.  Hasta hace poco esta tendencia estaba disuelta en el movimiento feminista, pero a mi me parece que debería coger su propio vuelo, pues los planteamientos no solo no coinciden, sino que en algunos momentos son divergentes.

Por ejemplo, el feminismo entronca con el pensamiento ilustrado y el racionalismo del siglo XVIII mientras que el generismo está vinculado a la Posmodernidad que se inicia en los años 80. La filósofa Seyla Benhabib en un artículo titulado Feminismo y posmodernidad: una difícil alianza, dice literalmente: "como feministas dudo de que podamos adoptar el pensamiento posmoderno como aliado teorético" (1990).

El feminismo se basa en el binarismo hombre y mujer, y aunque niega el determinismo biológico, considera la diferencia sexual la base material de la opresión de las mujeres;  el generismo divide a las personas entre cis y trans, y otorga escasa relevancia al sexo biológico, que considera una construcción social, por lo que los conceptos hombre y mujer carecen de sentido, y si los siguen utilizando es porque no es fácil encontrar una nueva manera de denominación.

El feminismo considera el género como una construcción social que se impone a los cuerpos sexuados y es un mecanismo de opresión, mientras que el generismo reivindica la consideración del género como una identidad, si no innata al menos como un aspecto insoslayable de la personalidad. El sujeto del feminismo han sido las mujeres, mientras que en el generismo el sujeto político serían todas las personas de identidad no normativa, cuya vanguardia serían las personas trans. Según un articulista el sujeto político revolucionario actual es una niña trans.

El feminismo lucha contra el patriarcado, mientras que el generismo ha ampliado el enemigo al cisheteropatriarcado, es decir, la estructura social resultante de sumar la hegemonía de las personas cuyo género coincide con su sexo (al menos el 99,5% de la población), la heterosexualidad obligatoria y el patriarcado convencional. El feminismo lleva luchando más de 300 años, sin haber conseguido todos sus propósitos y no ha tenido apoyos incondicionales, antes al contrario, ha sido combatido y lo sigue siendo desde múltiples instancias; el generismo lleva poco tiempo en el campo de batalla, pero cuenta además con potentes aliados y valedores, entre los cuales se cuentan la Academia, los sindicatos, los medios de comunicación e incluso instituciones como la ONU, que ya ha establecido el Día Internacional de las Personas No Binarias, lo cual es el reconocimiento oficial de la pluralidad de géneros que pueden existir.

El generismo tiene también su propia neolengua que empieza ya a tener visibilidad en algunos textos no solo de activistas y militantes, sino incluso en documentos oficiales: personas menstruantes, progenitor gestante, personas eyaculantes, vulvoportantes, además del todes, hijes, amigues, etc. Personalmente creo que sería deseable que el generismo se independizara del feminismo, porque así ambos movimientos podrían establecer alianzas cuando conviniera y cada uno de ellos podría centrarse en sus propios objetivos legítimos; también se clarificaría mucho el confuso momento actual. Mucha gente lo agradecería. Yo la primera.

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