Culturas

Dicen que es la calor

YO TAMPOCO ENTIENDO NADA// CAMILO JOSÉ CELA CONDE 

Un cuarto de siglo después del vuelta de la democracia al reino de España, por fin entramos en materia de altura de discusión política. Se centra en un aspecto digno de la Escuela de Frankfurt: ante la mucho calor, ¿qué es lo procedente? ¿Quitarse la corbata o tirar a lo bestia del aire acondicionado?

Sincorbatismo en el Congreso
Hablo de las Cortes, claro es. Fuera, en el mundo real —lleno de contribuyentes de los de trapillo— semejantes dilemas ni se imaginan. La alternativa plebeya viste de chancletas y pay-pay, tratándose incluso de las aulas universitarias. En mi facultad, sin ir más lejos, los profesores tienden a escenificar el fin de curso poniéndose de pantalón corto, cosa bien pedagógica cuando se trata de las clases de antropología cultural. Pero el atuendo de indígena prolifera incluso entre los expertos en lenguas clásicas. Debe ser cosa de la postmodernidad militante.

Falta de etiqueta

Hablábamos, sin embargo, del congreso de los diputados, allí donde un ministro levantisco decidió hace poco presentarse sin corbata ante el escándalo del presidente de la sala. Le envió éste —por medio de un ujier de riguroso uniforme— la prenda echada en falta pero el ministro, ofendido en sus convicciones de etiqueta práctica, replicó con una sugerencia: que pusiesen el aire acondicionado a una temperatura más alta, incompatible con las corbatas, las bufandas y los mitones. En tiempos difíciles, bueno es el desnudarse.

Aquí mando yo
A ningún cronista fino se le escapara que la discusión va más de cuestiones de autoridad que de protocolo. Entre los primates, los machos suelen lucir signos conspicuos de su condición —como es la espalda plateada— y defienden con harto despliegue de gruñidos sus privilegios. Una simple transposición de rituales le permitiría a cualquier etólogo entender que el rifirrafe de las Cortes abunda en lo mismo y podría haberse planteado con un granizado de limón como pretexto.

Pasando el tiempo
De tal suerte, discusión viene, discusión va, igual se pasa el verano tan ricamente. Da gusto tener un templo de la democracia donde, con la que está cayendo —hablo de la crisis—, y en uso de sus prerrogativas constitucionales, el macho más alfa de todos los alfas entiende que no hay como llevar corbata para que queden aliviados en gran parte, de manera formal al menos, los apuros ciudadanos.

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