Culturas

¿Cuánto vale una persona?

YO TAMPOCO ENTIENDO NADA// CAMILO JOSÉ CELA CONDE

A mí me suspendieron la Filosofía en el preuniversitario, que era como se llamaba entonces al curso que daba acceso a la facultad. Me pusieron como tema a desarrollar el de la persona humana, y escribí que el ser humano no se había convertido en persona hasta la Revolución Francesa. Cosas de la poca edad, supongo. O del mucho discernimiento, a juzgar por los chuzos políticos que caían, de punta por cierto, en aquellos años. Hoy somos más sabios, o menos osados, y podemos incluso calcular no sólo lo que es sino cuánto vale un ciudadano. Richard Dieter, director del Centro de Información de la Pena de Muerte, una oficina que tienen, menos mal, en los Estados Unidos, lo ha hecho. Sale más barato mantener en la cárcel a un
preso que matarlo.

A tanto el kilo

Si sumamos el agua, los hidratos de carbono, las grasas, los azúcares y los minerales del cuerpo humano, tanto material junto cuesta lo que se dice una miseria incluso ahora, cuando por mor de las pocas lluvias vamos camino de tener que pagar un pastón si queremos aliviar la sed apurando el contenido de un vaso. Pero, por contra, al echar cuentas de lo que sale vacunar al nene –o a la nena–, llevarlo al colegio, apuntarlo a clases de piano, gimnasia y así, campamento de verano va, primera comunión viene, cumpleaños y santos, desparecen los ahorros incluso antes de meter al retoño en la universidad. Cuestión, pues, de cálculos.

¿Al contado o a plazos?
Pero el señor Dieter, el mandamás de las informaciones acerca de la pena capital, se refería a la comparación oportuna entre lo que cuesta tener encerrado a alguien o darle matarile a las primeras de cambio. La noticia no trae hoja Excel, ni resumen del presupuesto. Hay que fiarse de su palabra cuando dice que es mucho más costoso ejecutar a alguien que mantenerlo en la cárcel de por vida. De ser cierto, el fundamento mismo de los negocios hipotecarios cobra una fuerza inmensa. No sale a cuenta comprar –ejecuciones, al menos– al contado. Es preferible cargarse al caballero, o a la dama, aunque el reo suele ser varón, negro, pobre y de pocas luces, poco a poco, un pelín hoy, otro mañana, minándole la salud y la moral hasta que se nos muere él solo de viejo.
Ya ve: si es usted un ciudadano responsable y le meten en la cárcel, optará por el suicidio. Hablo de los Estados Unidos; aquí los costes los medimos de otra manera. 100.000 euros de fianza arriba o abajo, y cualquier sinvergüenza se va a su casa a disfrutar de lo robado.

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