Culturas

Mucha poesía en Barcelona

CON CEDILLA// SEBASTIÀ ALZAMORA 

Si mañana, por lo que sea, se encuentran ustedes en Barcelona, no deberían perderse la ocasión de asistir al Festival Internacional de Poesía, que como cada año (y ya van 24) llega puntual a su cita con el mes de las flores: concretamente en el Palau de la Música Catalana, a las siete de la tarde. Este año la cosa va de poesía europea, así que, además de los catalanes Amat Baró i Joan Vergés, y de los valencianos Maria Josep Escrivà y Vicente Gallego, van a desfilar por el escenario del Palau la croata Tatjana Gromaca, el alemán Dürs Grunbein, el esloveno Brane Mozetic, el francés Bernard Noël, el escocés Don Paterson y la islandesa Sigurbjörg Thrastardöttir, buena amiga de un servidor y, sin embargo, excelente poeta. El recital contará con la música del gran Toti Soler, y todo ello está dirigido por otro poeta, Víctor Obiols. Hay que dejar seis pavos en taquilla para entrar, y ya les aviso que suele quedarse gente fuera, así que no se duerman. Además, te dan un libro con los poemas que van a recitarse en la velada y una pequeña linterna para poder seguir la letra de lo que suena en escena, qué más se puede pedir.

Una semana de versos

El Festival Internacional es el acontecimiento que acostumbra a cerrar la Semana de la Poesía de Barcelona, que ya lleva doce ediciones bajo la atenta coordinación de David Castillo (también poeta, por supuesto). La Semana de la Poesía es, como su nombre indica, siete días durante los cuales la poesía literalmente conquista Barcelona entera, con más de cien actos que pueden ocurrir en cualquier punto de la ciudad: hay lecturas y recitales, rutas y recorridos poéticos, poemas en el metro ilustrados por Juanjo Sáez, conciertos, performances y todo lo que ustedes quieran, algo impresionante. En cualquier caso, una ciudad que se abandona durante toda una semana a la musa lírica no puede ser tan mala como a veces parece.

Josep Lluís Aguiló
Por otra parte, si hoy mismo están ya en Barcelona, como deberían, pueden acercarse al noble Saló de Cent del Ayuntamiento, donde esta tarde, también a las siete, se entrega el premio de los Jocs Florals, galardón varias veces centenario y ahora reconvertido en uno de los premios literarios más importantes a que pueden aspirar los poetas en lengua catalana. El ganador se convierte durante un año en el Poeta de la Ciudad y hoy Josep Lluís Aguiló va a tomar su turno después de la mencionada Maria Josep Escrivà: es decir, que el, digamos, trono poético barcelonés pasa de una valenciana a un mallorquín, cosa estupenda. Por lo demás, Aguiló es un poeta magnífico, y, por el momento, aún inédito en castellano: a ver si se espabila algún editor, caramba.

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