En noviembre del año pasado escribí el artículo Por qué Zoido inquieta... y mucho me temo que estos meses transcurridos desde entonces han respondido a esta pregunta. El ministro de Interior, por muy católico que presuma ser, hace desplegado una inhumanidad que ya no sólo inquieta, sino que aterra.
Un ministro que prácticamente criminaliza a las ONG por salvar a los migrantes que están sembrando de cadáveres las aguas del Mediterráneo no debería ser digno de su cargo. Entonces, quiso matizar sus palabras, olvidando que ya conocíamos cómo es realmente, cómo, cuando era alcalde de Sevilla, intentó multar a quienes no les queda nada y buscan restos de comida en los contenedores de basura.
Sí, matizó sus palabras pero sólo hizo falta que pasaran unos días para que se felicitara porque la Unión Europea iba a rebajarnos la cuota de refugiados a acoger, como si se tratara de cumplir con el techo de gasto. ¿Tan complicado es para gente como Zoido entender que los refugiados no son meras estadísticas, que no son simples números?
Si su antecesor, el retrógrado Fernández Díaz, habló de goteras, ayer Zoido se sacudió la responsabilidad que tenemos como país occidental sobre el éxodo de migrantes, de refugiados que buscan salvar sus vidas... y se quedó tan ancho. Un acto más de mezquindad que revela, no ya que este Gobierno sea insolidario, sino que es inhumano.
El Gobierno de España no ha estado a la altura de lo que se espera de un país que históricamente ha exportado migrantes por millones. Lo hemos dicho por activa y por pasiva, pero seguiremos insistiendo en ello, porque mientras un Estado continúe violando el Derecho Internacional más esencial con las devoluciones en caliente, mientras se siga maltratando a las personas en los CIE por el único hecho de no tener papeles, mientras le demos la espalda a quienes huyen del terrorismo que nosotros mismos ayudamos a engendrar hay que alzar la voz.
Este pasará como un artículo más a favor de l@s migrantes, de l@s refugiados que se perderá en el maremágnum de letras... y da igual, porque mientras alcance a una persona más que se sentía ajena a esta atrocidad habremos avanzado algo... y al contrario, por cada un@ que salte al plano de la indiferencia o la resignación, Zoido y gente de su calaña habrán ganado terreno en su expansión de ruindad.