Las listas del PP en Huelva para las elecciones del 10-N fueron de las últimas en conocerse. En las filas de los populares sabían que sacar de ella a Juan José Cortés abriría la caja de Pandora. Y así ha sido, aunque Cortés figure en las listas del Senado. Saberse desplazado al cementerio de elefantes no es de su agrado, y no ha tardado en, primero amenazar con hablar y, después, cargar contra Juan Manuel Moreno, al que ha llegado a acusar de "usurparle" su puesto.
Se ha cuidado mucho de atacar directamente a Pablo Casado, aquel que tan orgulloso se sentía de Cortés cuando éste se afilió al PP... y el tirón de orejas que le deben de haber dado ha sido descomunal, porque no ha tardado en agachar la cabeza y declarar en sus redes sociales "siento el revuelo que he causado con mis declaraciones en el día de hoy; pido disculpas a mi presidente, Pablo Casado y a mis compañeros del partido en Andalucía. Estoy muy agradecido a mi partido por ser el cabeza de lista al Senado".
Si mantiene, en cambio, su enfado con su líder andaluz, del que dice que "si Juanma Moreno quiere alardear de que es el gran líder en Andalucía, tengo que decir que no es mérito de Juanma Moreno, es mérito de Vox, que ha cedido sus escaños gratuitamente para que él sea presidente. Esos son los números". No sorprende este enfrentamiento frontal, puesto que Moreno siempre ha mostrado su reticencia a situar a Cortés en cabeza de lista.
El PP, en realidad, lleva mucho tiempo utilizando la tragedia sufrida por Cortés con el asesinato de su hija... y él dejándose utilizar. Ya en 2008 (mismo año del asesinato de Mari Luz Cortés), el que entonces era alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, se inventó un puesto para poder contratarlo como cargo de confianza, concretamente, como asesor municipal del PP en materia de exclusión social, por la nada despreciable cantidad de 36.000 euros anuales a cargo de las arcas públicas.
La oposición se echó encima, acusándole de no tener preparación para ello. Arrancaba la carrera de Cortés como fichaje político y con ello, la continua polvareda en que ha envuelto al PP, incluida su implicación en un tiroteo -por el que finalmente fue absuelto- y que le apeó por primera vez de las listas electorales.
Cortés ha asegurado que en los últimos 25 años ha trabajado como profesor de Formación Profesional, coordinador de seguimiento escolar, mediador social, constructor, empresario del comercio o asesor político. Se hace llamar teólogo, aunque lo que hizo fue crear su propia Iglesia Evangélica. Mientas, en su perfil del Congreso, más allá de su actividad política sólo figura ser técnico superior de Deportes (entrenó a varios equipos, incluido el Recreativo de Huelva) y técnico Medio rama del metal.
¿Por qué Cortés parece considerar ahora unas migajas su puesto en el Senado? Quizás es porque su paso por el Congreso, por el que cobraba unos 6.000 euros mensuales, le ha supuesto la pérdida de su pensión por incapacidad permanente -exenta de tributar por IRPF- por valor de 25.780,02 euros. Era incompatible cobrar de la Cámara Baja y, simultáneamente, cobrar también esa pensión que, según explicó él, se debe a "cinco hernias discales", así como por "una fuerte depresión reconocida en un informe clínico". Ahora, sin sueldo desde que se disolvieron las Cámaras, sí tiene derecho a percibir, previa solicitud, una indemnización de transición hasta la próxima legisdlatura de casi 9.000 euros.
Lo curioso de Cortés es que, a pesar de que según su propia declaración de bienes en el Congreso, sus únicos ingresos el año pasado fueron esos 25.780,02 euros, sólo tener en el banco 16,65 euros y de contar ya con dos vehículos en propiedad, no dudó este año en adquirir un tercero: nada menos que un Audi A6, cuyo precio es de unos 60.000 euros. En esta misma declaración de bienes -por cuyos comentarios denunció a 70 personas y cuatro medios de comunicación-, si bien es cierto que no indica poseer ninguna vivienda, sí es propietario de dos locales comerciales, habiendo solicitado un préstamo hipotecario en 2017 por valor de 14.000 euros, de los que le quedan por pagar 10.500. No es su única deuda, puesto que en 2018 solicitó un crédito de 30.401 euros y en 2013 un crédito ICO de 15.000 euros. Además, El Confidencial revelaba recientemente cómo el Congreso tenía embargada su nómina por una deuda de 19.000 euros previa a ser candidato del PP.
Pero Cortés todavía no alcanza a entender por qué ha sido degradado como fichaje estrella y es desplazado al Senado, donde la visibilidad es menor y la polvareda prácticamente pasa inadvertida. Hay quien llamó a Cortés "juguete roto" por el modo en que el PP se aprovechó de su tirón mediático motivado por su tragedia. No es tal, pues él supo aprovechar el momento y prosperar. Ahora, ambas partes han de apechugar con la naturaleza de su prójimo, de con quien se pacta. Así funcionan las cosas.