La Junta de Andalucía acaba de dar un zarpazo al feminismo andaluz. Dejar nada menos que a 241 proyectos feministas sin financiación no parece una medida que favorezca a reducir la desigualdad que existe entre hombre y mujer, especialmente cuando ésta se niega desde socios determinantes del gobierno andaluz como Vox. PP y Ciudadanos se amparan en criterios técnicos, mientras la extrema-derecha da alas a su machismo.
Nadie lo entiende. Los criterios de la Intervención deberían ser siempre los mismos, ostente quien ostente su dirección, puesto que las directrices son objetivas y únicas. A pesar de ello, se han borrado de un plumazo las subvenciones que venían recibiendo 241 proyectos en Andalucía; únicamente 76 iniciativas verán cumplidas sus expectativas de financiación.
El criterio de la Intervención ha cambiado: de repartirse toda la financiación disponible entre los proyectos que se presentaban, cubriendo parcialmente sus necesidades, se ha pasado a financiar el 100% de los proyectos, algo que a todas luces parece absurdo pues resta la cobertura de proyectos que, por otro lado, debería estar realizando el Instituto Andaluz de la Mujer (IAM), en manos de Ciudadanos. Lo curioso de los hechos es que la modificación en el reparto, por reparos de la Intervención, rompe con lo que ésta venía aprobando en el pasado, con diferentes interventores al frente. Lo curioso, como digo, es que la decisión venga del órgano dirigido por la nueva interventora, nombrada el pasado mes de septiembre procedente del consejo de la Cámara de Cuentas de Andalucía a propuesta del Grupo Popular.
Desde el tándem PP-Cs niegan que la decisión tenga motivaciones políticas y se escudan en las decisiones técnicas. De ser así, hasta dos habilitados nacionales tendrían que rendir cuentas por haber permitido en el pasado lo que ahora se considera desde la Junta prevaricación. No parece que ese sea el caso. Quienes nos movemos en el día a día con los entresijos de la Administración, vemos cómo la clase política hace y deshace a su antojo, se salta reparos y fuerza informes técnicos a medida.
Sea como fuere, lo cierto es que el feminismo y la lucha contra la desigualdad en Andalucía han sufrido una dentellada de la derecha que las deja malheridas. ¿Saben por qué se deduce la mala fe de la Junta? Por el hecho de que desde el Gobierno andaluz nadie alertara a todas estas organizaciones que tantas veces han desacalificado llamándolas "chiringuitos", que la tropelía se cometiera en plenas Navidades, publicando las resoluciones un 27 de diciembre, sin que las asociaciones se enteraran hasta después del 6 de enero a través de la web de la Junta de Andalucía. Si tanta importancia otorga a este asunto la consejera Rocío Ruiz Domínguez (Cs), si tan preocupada estuviera por los centenares de personas que se quedan en la estacada habiendo retirado la financiación prometida, ¿no habría actuado de otro modo menos altivo?