Las políticas de Isabel Díaz Ayuso (PP), apoyadas por Ciudadanos y sustentadas por Vox, se han convertido en un peligro público para la ciudadanía de la Comunidad de Madrid. En pleno debate sobre el estado de la región, la popular adoptó una pose victimista mientras ella misma se daba palmaditas en la espalda por el trabajo bien hecho. La realidad nos dice lo contrario: como sucediera durante el Estado de Alarma, Madrid vuelve a ser el principal foco de contagios de COVID-19 en esta segunda ola.
Ayuso ha pasado de llevar las redes sociales de Esperanza Aguirre haciéndose pasar por su perro Pecas a parecer Othar, el caballo de Atila, tras cuyo paso no volvía a crecer la hierba. Esos son los efectos de las políticas de la derecha en Madrid. antes de avanzar en este artículo conviene justificar el porqué de este artículo, del centralismo informativo: sencillo, porque para Pablo Casado y su PP, Madrid es el ejemplo de la buena gestión por lo que, mirando las políticas que se emprenden en esa región, bien podemos hacernos una idea de cómo sería la España de Casado. Ha sido el licenciado de Aravaca el que ha puesto el foco allí.
Dicho lo cual, no deja de resultar llamativo que entre las medidas estrella anunciadas por Ayuso figure una rebaja de medio punto "en todos los tramos" del Impuesto de la Renta para las Personas Físicas (IRPF). ¿A quién beneficia esto? A quienes más tienen, que pagarán menos impuestos, mientras que a las personas cuyos ingresos son tan mínimos que no tiene obligación de tributar no percibirán cambio alguno... o sí, porque las arcas públicas se verán gravemente perjudicadas, lo que redundará en aún más escleróticas políticas sociales.
En la actualidad, Madrid es el paradigma de la desigualdad, gracias a políticas como las de Ayuso. No lo dice el rojo subversivo que suscribe, sino Cáritas, en cuyo VII Informe Foessa sobre Exclusión y Desarrollo Social dejó claro que es en esta Comunidad en la que es más alta la desigualdad entre el 20% más rico y el 20% más pobre... la más alta de toda España. Más de un millón de personas (16,2 % del total de la población) vive en Madrid en la exclusión social y 490.000 de ellas sufren "exclusión social severa".
La rebaja de los impuestos a las personas más ricas, ¿ayuda a rebajar esta desigualdad? En absoluto. Les pondré un ejemplo clarificador: Otra de las medidas estrellas anunciadas por Ayuso ayer fue la inversión de 80 millones de euros en tres años para reforzar la Atención Primaria. ¿Una buena noticia? No, porque esa cifra es, en realidad, 40 millones inferior a lo que había en el programa de gobierno de PP y Cs... antes de la llegada de la pandemia. En mitad de las movilizaciones del personal sanitario por la precariedad de medios y personal y a años luz del número de rastreadores necesarios, la presidenta anuncia un recorte sobre lo comprometido. Lamentable.
¿Quieren más ejemplos de los frentes en los que repercutirá la caída en los ingresos públicos como consecuencia de la bajada de impuestos indiscriminada? Ayuso ni siquiera ha cumplido aún con el refuerzo de profesores y profesoras prometido para garantizar una vuelta al cole segura. El resultado es que con una Sanidad y una Educación públicas bajo mínimos, quienes más tengan que, además, pagarán menos, se permitirán unos servicios privados inalcanzables para la mayor parte de la población.
Ayuso va camino de convertirse en la enemiga pública número uno para l@s madrileñ@s, con el beneplácito de Cs y Vox, que nadie lo olvide.