Posos de anarquía

Patriotismo cobarde

Patriotismo cobarde
El rey de Marruecos, Mohamed VI.-REUTERS

ABC publica hoy un editorial de la más baja estofa moral, en el que no sólo falta a la verdad sino que, además, lo hace para justificar la violación de los Derechos Humanos (DDHH). El diario conservador atribuye la crisis migratoria que se vive en Canarias con el hecho de que Unidas Podemos (UP) haya reclamado la celebración del referéndum de autodeterminación en el Sáhara Occidental, como de hecho ha mandatado la ONU.

ABC asocia la llegada masiva de personas migrantes a Canarias con que "Podemos, el socio de coalición de Pedro Sánchez, haya urgido la celebración de un referéndum sobre el Sahara en plena crisis humanitaria, y en un momento en el que el Frente Polisario ha reactivado su guerra contra Marruecos". Una afirmación que se sostiene sobre una gran mentira, porque no ha sido el Polisario quien ha reactivado la guerra, sino Marruecos quien ha roto el alto el fuego. Viendo el cariz del editorial de ABC, éste hubiera apostado porque el pueblo saharaui hubiera puesto la otra mejilla, pero ya no le quedan mejillas después de 45 años de abusos, atropellos y complicidad internacional con Marruecos en esta flagrante violación de DDHH. La crisis humanitaria no es únicamente la migratoria, sino la que durante casi medio siglo sufre el pueblo saharaui.

Por otro lado, tan patriótico y tan amante de exaltar la identidad de España que es ABC, con ese pundonor español al que le gusta sacar brillo con la bandera nacional, no parece muy coherente el modo en que pide sumisión ante Mohamed VI. Su editorial, que destila inmundicia moral por los cuatro costados, sugiere que con tal de no soliviantar al monarca alauita el Gobierno español debería seguir haciendo lo que ha hecho durante 45 años, faltar a su deber con el Sáhara Occidental del que es potencia administradora; que el Derecho Internacional y los DDHH del pueblo saharaui no perjudiquen la relación España-Marruecos. Esta narrativa es la que se ha normalizado en la política española y en una parte de la sociedad española, que termina por mercantilizar con DDHH por un banco de pesca o un tapón migratorio.

El delirio de la persona que haya redactado el artículo es absoluto, afirmando que "es cínico que Podemos se arrogue ahora la titularidad de la causa del pueblo saharaui exigiendo un referéndum contra Rabat, porque su único interés es socavar el principio de soberanía en España y justificar hipotéticas consultas independentistas en Cataluña o el País Vasco". De nuevo más mentiras: Ni Podemos hace tal cosa, ni se trata de un referéndum contra Rabat, pues no olvidemos que es Marruecos el país invasor, quien viola el Derecho Internacional con la injustificable connivencia de España, la ONU y el resto de la Comunidad Internacional. Lo de ligar ese referéndum en el Sáhara Occidental con Euskadi o Catalunya ya trasciende a la esfera de influencia piscotrópica.

Para finalizar, ABC presupone demasiada integridad a UP en lo que al Sáhara se refiere, como si un tuit fuera para aplaudir. En absoluto y, de hecho, el reproche del diario conservador tiene su justificación, pues no podemos olvidar cómo el pasado mes de febrero los de Pablo Iglesias fueron llamados al orden tras una reunión del secretario de Estado de Derechos Sociales, Nacho Álvarez, se reunió con la ministra saharaui de Asuntos Sociales y Promoción de la Mujer, Suilma Hay Enhamed Salem.

Tras aquel toque de atención, se procedió a borrar los tuits de aquel encuentro, eliminando cualquier rastro y alineándose con el discurso inmoral del gobierno de España para con el pueblo saharaui... el que han mantenido todos los gobiernos desde la traición borbónica de la que fue objeto la Provincia 53. Si entonces UP agachó la cabeza y no dudó en hacerse cómplice de Marruecos, también debería hacerlo ahora, pensará el/la editorialista de ABC.

UP renunció a llegar a un acuerdo de investidura con el PSOE en base a un programa común porque aseguraba que así no podría atar en corto al partido socialista. Entró en Gobierno y, al hacerlo, pasó a ser corresponsable de cualquier decisión que se tome de ese Ejecutivo, parta del ministerio que parta.

Pues bien, las deleznables políticas en materia de migración, la violación de DDHH por parte de nuestro Gobierno en Ceuta, Melilla o, como es el caso, en Canarias, o cómo el Tribunal Supremo ha de recordar que la denegación de solicitud de asilo que realiza el Gobierno es ilegal es su corresponsabilidad. Y que España no adopte un papel de mayor relevancia en la guerra que está teniendo lugar en el Sáhara Occidental, también. Y eso no se arregla con media docena de tuits y un comunicado de corta y pega.

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