Posos de anarquía

¿Tan malo es votar todos a una?

¿Tan malo es votar todos a una?
La ministra Yolanda Díaz con los representantes de los agentes sociales en una imagen de archivo. - EFE

Continúan las negociaciones para la aprobación de la reforma laboral, prevista para mañana 3 de febrero, y no está del todo claro si lo hará con el apoyo del bloque de investidura o no. La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz (UP) se ha encomendado a los datos del desempleo de enero -aunque en el momento de escribir esta columna aún no habían visto la luz-. A pesar de que la reforma es la misma vote quien vote, hay quien juzga su valía o perjuicio en función de quién la apoye, en lugar de analizarla en sí. Ese es el nivel político.

La norma es la norma. Es un hecho incontestable. Sin embargo, en la opinión pública se ha instalado la convicción de que en función de quién la avale será mejor o peor. Una convicción, claro está, espoleada interesadamente por unos y otros partidos para sacar su respectiva tajada electoral.

Una vez más, los grupos minoritarios como Más País y Compromís son quienes muestran una postura más coherente: Apoyan la reforma laboral pese a que apuntan que es mejorable -por supuesto que lo es-,  pero precisando al mismo tiempo que es un paso adelante respecto a la actual legislación impuesta por el gobierno de Rajoy sin el consenso de los sindicatos.

Lo fácil es lo que hizo el Partido Popular (PP): Confeccionar una legislación contando únicamente con una parte, esto es, la CEOE, e imponerla en el Congreso con su rodillo de mayoría absoluta. Nada de ilegal hay en ello, pero desde el punto de vista de la pulcritud democrática hace aguas por todas partes.

Lo complicado, en cambio, es lo pretendido por Yolanda Díaz, es decir, no sólo poner de acuerdo a la patronal y los sindicatos tras casi un año de negociaciones, sino que después también desea concitar apoyos en el Congreso de las Diputados y Diputados. Tiene razón Díaz en reclamar cierta lealtad al conjunto de la Cámara Baja porque el mero acuerdo del conjunto de agentes sociales ya es un avance respecto a la reforma laboral de Rajoy. ¿Que desde la óptica de la clase trabajadora continúa siendo insuficiente? Cierto, pero se avanza y se puede hacer percibiéndose mejoría y sin crispaciones en una coyuntura socio-económica en la que lo menos recomendable es esa atmósfera tensionada.

Hay quien dice que el apoyo de Ciudadanos a la reforma laboral evidencia lo perjudicial de la misma. Sin embargo, ¿en qué lugar deja a quienes prefieren continuar con la actual legislación? Es legítimo que se fuerce el envite, pero llegar al órdago es un error porque, siendo francos, darle la vuelta al documento consensuado por CEOE, sindicatos y Gobierno tampoco sería honesto; sencillamente, tiraría por tierra el trabajo realizado durante más de nueve meses.

Ojalá mañana algunos partidos se sacudan estrategias electorales, echen la vista atrás y se percaten de la larga lista de votaciones en las que han coincidido con Ciudadanos, sin que ello haya pervertido el objeto de lo votado. Ojalá mañana se apruebe esta reforma y sus efectos den la cara bien pronto, como avanza Díaz que ya veremos hoy en la contratación indefinida, inspirando e impulsando voluntades de nuevas mejoras para la clase obrera.

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