Posos de anarquía

La trampa de la lista más votada

La trampa de la lista más votada
Feijóo durante un acto de partido en Cuenca. - EFE / José del Olmo

Este lunes Alberto Núñez Feijóo (PP) hará oficial su propuesta de pacto para que gobierne la lista más votada en las elecciones autonómicas y municipales. La jugada, que no quiere para las generales donde las encuestas le son favorables -salvo el CIS-, no pretende tanto evitar gobiernos de coalición de izquierda como sacudirse de encima a Vox, a quien precisará para gobernar en muchas circunscripciones con la actual ley electoral.

El PP ha venido desprestigiando sistemáticamente a nuestra democracia tachando de 'ilegítimo' el Gobierno de España, calificándolo de 'gobierno Frankenstein' en un vano intento por ridiculizar los pactos que contempla nuestro marco constitucional. Esta misma estrategia es la que Génova trasladó a sus agrupaciones regionales y locales para desacreditar otros gobiernos de coalición en esos ámbitos. Ahora, Feijóo da un giro estratégico, consciente del ascenso del PP en las encuestas, aunque no con la suficiente fuerza para quitarse de encima la dependencia de Vox.

No quiere el líder del PP convertirse en uno de los gobiernos Frankenstein que tanto ha criticado y, menos abrazando abiertamente a la extrema derecha después de lo vivido en Castilla y León. En la relación de sus preocupaciones, esa es la que ocupa el primer lugar y de ahí la propuesta de esta pacto que requiere reformas legislativas.

Aunque no es la primera vez que el PP entona el mantra de 'la lista más votada', nunca antes lo había hecho con tanta contundencia ni ese movimiento había venido motivado para gobernar en solitario. En el pasado, la medida se dirigía a evitar pactos de terceros; ahora, en cambio, los propios, especialmente con Vox. Los ultras quedarán presumiblemente como la única fuerza con la que pactar después de que el PP engulla definitivamente a Ciudadanos, que a buen seguro terminará de desvanecerse en las elecciones de mayo.

Sin embargo, este pacto de Feijóo tiene trampa y no evitará que Vox extienda sus tentáculos en los gobiernos del PP y éstos se dejen querer. En el pasado, los ultras ya han demostrado que no hace falta estar en el gobierno para ejercer su influencia. Lo hicieron en regiones del calado de Madrid o Andalucía, haciendo retroceder derechos conquistados por los y las demócratas.  En este sentido y si se materializara el pacto presentado en Cádiz, ¿de qué le servirá al PP gobernar si para sacar adelante cada medida precisa del voto favorable de Vox?

Se trata, pues, de una propuesta cuyo único fin es alcanzar el poder por la mínima y la garantía de no sufrir quebraderos de cabeza como los de Castilla y León. El PP está pagando una factura cara por haber metido en el gobierno a la extrema derecha y Feijóo espera que, aun teniendo que tragar sapos fascistoides incluso con su pacto, será capaz de rebajar su impacto en la opinión pública.

En la hoja de ruta del líder de los populares, este pacto no aplica a las generales, donde alcanzar La Moncloa es una auténtica prioridad, sea como sea. Por ello y a pesar de que la inmensa mayoría de los sondeos le son favorables, no quiere correr ningún riesgo. De aquí a finales de año, cuando tendrán lugar presumiblemente las elecciones generales -no habrá 'superdomingo' como ansía Feijóo-, estas encuestas pueden dar un vuelco.

El devenir de la guerra de Ucrania y sus efectos en la economía pueden volverse en contra del PP y a favor del gobierno progresista y en Génova no quieren jugarse que el PSOE gobierne por la mínima gracias, precisamente, a un pacto promovido por el PP, especialmente si un 'gobierno Frankenstein' de los conservadores pudieran evitarlo. Parece evidente, pues, que las propuestas de Feijóo no se encaminan más a favorecer el bien común, sino el particular, el de la derecha tanto política como económica. Otra trampa más.

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