Posos de anarquía

Los Grammy Latinos en una Sevilla de cartón piedra

Los Grammy Latinos en una Sevilla de cartón piedra
Moreno Bonilla ha priorizado sus redes sociales por encima de las de la Junta de Andalucía para publicitar el anuncio. - Instagram

El mismo día que escribí el artículo titulado Moreno Bonilla avanza, Andalucía retrocede, el presidente de la Junta anunciaba que Andalucía acogerá los Grammy Latinos de 2023. No seré yo quien niegue la potencialidad de un evento de estas características, pero ¿será capaz Moreno Bonilla de revertir sus beneficios en la población andaluza? Eso es mucho más cuestionable, como lo es el pronóstico de impacto económico que se realiza de estos premios.

Dado que es la primera vez que los Grammy Latinos salen de EEUU, parece lógico mirar al otro lado del Charco y aprender de sus lecciones. Si miramos a los premios matriz, los Grammy -que ya llevan 65 ediciones frente a las 23 de los Grammy Latinos- comprobamos cómo la última edición registró la peor tercera audiencia de su historia, según datos de la cadena CBS que los retransmite. A pesar de ello, las cifras escalan a varios miles de millones de espectadores y espectadoras, lo que siempre es positivo. Es interesante contrastar previsiones y realidades porque en este tipo de eventos tienden a sobredimensionarse.

Moreno Bonilla ha valorado el impacto económico en 500 millones de euros, combinando los premios que presumiblemente recalarán en Sevilla el próximo mes de noviembre, y los dos conciertos de 2024 y 2025. El reparto que hace el presidente se concreta en unos 300 millones para la gala y unos 100 millones por cada uno de los conciertos posteriores. Más allá de que en relación coste/beneficio resulten más atractivos los conciertos, ¿son realistas estas cifras?

No lo parece. Antes de la pandemia, con una economía mucho más boyante, los premios Grammy regresaron a Nueva York por primera vez en 15 años y los organizadores cifraron el impacto económico en 200 millones de dólares. Ahora, Moreno Bonilla infla la cifra hasta los 300 millones. El economista de la Universidad de Chicago, Allen Sanderson, es una de las voces más escépticas en cuanto al esfuerzo necesario por atraer este tipo de eventos y el beneficio que reportan que, en su opinión, son exagerados.

Las cifras de impacto económico se exageran y las de los costes se rebajan. Pensar que únicamente le costará los 18 millones de euros que se abonan a la Academia Latina de Grabación que organiza estos premios es tan ingenuo como inútil. Los millones de costes indirectos en limpieza, seguridad, infraestructura... se disparan, pero esos no se cuantifican, escudándose en otro impacto, el publicitario. Surge entonces otra pregunta: considerando que casi con total seguridad Sevilla será la sede escogida, ¿tiene necesidad de ese impulso publicitario o ya es una ciudad conocida y un destino turístico lo suficientemente reconocido?

Piensen en la última edición de los Grammy Latinos, que se celebraron en Las Vegas y hágase algunas preguntas: ¿Sabía que se habían celebrado allí? De saberlo, ¿cuánto más conoció Las Vegas? ¿Vio retransmisiones de los premios que promocionaran la ciudad o le animaran a acudir a ella? Respondiendo a esas cuestiones, contestará a si se sobreestima o no aquello de poner a Sevilla en el mapa... como si no lo estuviera ya.

Al margen de estas consideraciones, la más peliaguda es cómo revierte realmente este tipo de eventos en la población. La experiencia nos indica que poco o nada, que únicamente unos pocos sacan beneficios, pero para quienes día a día sacan adelante las ciudades, el impacto no es tan positivo. Con unas cifras tan negativas como las publicadas ayer, sería deseable que esta riqueza millonaria que anuncia a bombo y platillo Moreno Bonilla fuera real y no terminara en los mismos bolsillos de siempre. El presidente popular arrastra los pies, por ejemplo, con la regulación de los apartamentos turísticos, y en ciudades como Málaga -la otra gran candidata a los Grammy Latinos-, encontramos que en su distrito centro hay más pisos turísticos que habitantes empadronados. Terrible.

Según la edición 2022 de los Indicadores Urbanos del Instituto Nacional de Estadística (INE), las siete localidades más pobres de España se encuentran en Andalucía. Sevilla se lleva la palma, con seis barrios entre los 15 con menor renta neta media anual por persona de todas las grandes ciudades del país. ¿Qué pensarán de los Grammy Latinos en barrios como Polígono Sur, Tres Barrios (Los Pajaritos, La Candelaria y Madre de Dios), Torreblanca , La Oliva-Las Letanías , Palmete-Padre Pío o Polígono Norte? En el primero de ellos, la renta neta media anual por habitante es de 5.666 euros; en el último, de 8.112 euros. Escuchar hablar de 500 millones de impacto económico suena obsceno.

Moreno Bonilla quiere seguir creciendo a costa de Andalucía. Ver cómo la imagen del acuerdo anunciado ayer se promociona en sus perfiles de redes sociales en lugar de hacerlo en los de la Junta de Andalucía lo delata. Exagerar el impacto de este tipo de eventos, pujar por ellos para tratar de ser el mejor postor y, sobre todo, gobernar más para los de fuera que para quienes viven dentro, termina por convertir nuestras ciudades en escenarios de cartón piedra que más pronto que tarde se desmoronarán. Lo vimos en pandemia, cuando la restricción del turismo dejó los barrios vacíos y alcaldes como el de Málaga pidieron a la ciudadanía expulsada que volviera a ellos, que regresara la vida, la misma que sus políticas aniquila.

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