Punto de Fisión

Almas de cántaro

Decía Valery que la sintaxis es una cualidad del alma, pero los científicos no acaban de ponerse de acuerdo en qué lugar del organismo reside el alma, esa unidad del disco duro que hace posible la poesía, el columnismo, los discursos políticos e incluso las mañanas de Mariló Montero.

Sobre el alma, precisamente, ha versado el penúltimo monólogo de Mariló, una filósofa de peluquería que se pregunta en voz alta si el alma del asesino de Albacete inocularía la maldad en una hipotética donación de órganos. Sesuda reflexión que, por unos instantes, tocó techo al plagiar sin querer el argumento de Las manos de Orlac, aquella película formidable en la que a un pianista le trasplantaban las manos de un criminal y desde entonces se dedicaba a estrangular cuellos en lugar de sonatas. Pero Mariló se queda mucho más tranquila al saber que el asesino va a la tumba con todo su equipamiento original y que, gracias a Dios, ningún enfermo de ésos que necesita desesperadamente un hígado o un corazón va a cargar con sus pecados. Prudentemente, el asesino se disparó en la sien, quizá por miedo a que la culpa le sobreviviese tras desparramarle los sesos en alguna cabeza hueca.

El alma es una incógnita humana que inquieta a los filósofos desde Sócrates (que la creía ilimitada como el mar) a Mariló (que la ve más bien como un geranio de maceta en maceta), sin olvidar a ese senador estadounidense apellidado Mourdock en homenaje al brillante pensador del Equipo A. El Mourdock republicano asegura que si una mujer se queda embarazada en una violación será porque Dios quiere, ya que el alma viene incorporada desde el momento de la concepción y puede que antes incluso, impresa en cada espermatozoide con un código de barras. De ahí que tantos puritanos sean reacios a la masturbación, por el trabajo que daría bautizar cada paja.

Todavía no habíamos digerido aquella audaz propuesta de Romney para abrir las ventanillas de un avión en pleno vuelo, cuando Mourdock dirime de un plumazo tres mil años de metafísica: está claro que el Tea Party es una continua fuga de cerebros. Tampoco es que Obama vaya mucho más lejos, que todavía está buscando el complemento directo de We can y no lo encuentra ni en Afganistán ni en Guantánamo. Aquí, aparte de Mariló, tenemos a Camps, que va a impartir un máster en investigación en la Universidad de Valencia, y a Esperanza Aguirre, que ha refutado a Hesíodo al descubrir que España ya existía antes que Mesopotamia.

Va a ser verdad eso de que hay animales a los que sólo les falta hablar, ya que, por alguna oscura ley de compensación cósmica, hay un montón de gente a la que el habla le sobra.

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