Punto de Fisión

Frente Popular de Judea

Desde hace algún tiempo (digamos algunas décadas, tampoco hay que pasarse), la izquierda española parece enfrascada en algún tipo de experimento de física cuántica en que pretendieran demostrar que, aparte de los átomos, ellos también son infinitamente subdivisibles. Las facciones y los grupúsculos se descuartizan como en aquellos heroicos días de maoístas y troskos en que las discusiones bizantinas se aderezaban con codazos mahometanos y toda la autocrítica y el debate ideológico se iba reduciendo al quita de ahí que me pongo yo y al pues anda que tú.

Mientras la derecha, unida como un solo hombre (no muy espabilado, todo hay que decirlo), prosigue su incansable labor para llevar a España al desastre, IU, menos unida que nunca, ha protagonizado un involuntario homenaje a aquella escena inmortal de La vida de Brian en que la resistencia contra los romanos se daba cita en las gradas del circo sólo para insultarse unos a otros. Con Cayo Lara a la cabeza del Frente Popular de Judea y Llamazares asumiendo él solito el papel de la Unión Judaica Popular, las luchas intestinas han alcanzado un nivel de intensidad en que, para disgregarse más aun, ambos líderes sólo podrían cortarse un brazo. Preferimos no imaginarnos cuál porque tampoco es cuestión de hacer más sangre.

Con un país que se está yendo a hacer gárgaras a marchas forzadas, casi seis millones de parados y millares de familias al borde de la indigencia, IU ha decidido dedicarse a la literatura epistolar con unas letras recriminando a Llamazares su apoyo a Ezker Batua, como si a estas alturas una foto de Llamazares pudiera servir para algo más que para animar un videojuego sobre la caza de Bin Laden. Puestos a escribir cartas, los concienciados dirigentes podrían haber redactado una nota de suicidio, en sintonía con esos pobres desgraciados que van abandonando la partida en cuanto les llega el agua al cuello.

Con sus derechos de imagen divididos entre los ficheros de la CIA y el cartel electoral de Ezker Batua, Llamazares ya sólo puede aspirar al papel de Hombre Invisible, ya que Cayo Lara le ha quitado por méritos propios el de Increíble Hombre Menguante. Y mientras Rubalcaba recita el "ser o no ser" sosteniendo su propia calavera, la izquierda ha descubierto que hay vida más allá de los átomos, los electrones y protones, e incluso más allá de los neutrinos: un fascinante viaje en busca de las últimas partículas subatómicas. Ante tanto despropósito, no es extraño que Carrillo también haya pedido el traslado hacia otra dimensión, antes de que el tsunami del desahucio llegue a las sedes de IU y la próxima fiesta del PCE se celebre a solas, en rigurosa intimidad, cada cual con su botella de Anís del Mono.

 

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