Punto de Fisión

El punto de la i

Para la gente antigua, monolítica y monotemática, es un escándalo lo de hablar en estéreo, como hace Duran i Lleida, de quien ya explicamos no hace mucho que unos días es Lleida y otros Duran. Este señor dice unas cosas con un apellido y luego las desmiente con el otro, o promete algo en Barcelona y luego se retracta en Madrid; lo que se llama declaraciones cuánticas, que dependen del tiempo y de la oreja del receptor y no tanto de lo que se diga en un momento dado. Tampoco es tan difícil de entender, lo que pasa es que España es un sector del universo rancio y newtoniano donde todavía rige la ley de la gravedad, aquí estamos acostumbrados a que nos engañen de una vez, como Mariano, que dice tantas mentiras que ya no le caben juntas en la boca.

Al igual que Ramón y Cajal o que Ortega y Gasset, Duran i Lleida es un señor articulado todo él mediante conjunciones copulativas, de manera que si le falla la Convergència entonces se sostiene sobre la Unió, y si le fallan las dos a la vez, pues se queda de pie justo sobre el punto de la i esperando que vengan tiempos mejores o se va a Chile hasta que amaine el temporal. Tampoco va a tardar mucho en estabilizarse la cosa porque Cataluña es una zona psíquica bipolar, más de convergencias que de divergencias, y allí los malos rollos se olvidan enseguida. En España también.

Todo es confuso, muy confuso, en el caso Pallerols. En primer lugar, hay que demostrar que hubo financiación ilegal y, que se sepa, vivimos en el único país del mundo donde todavía no se ha demostrado nada, ni si a Fabila se lo comió un oso, ni si hubo oso o no, golpe de estado o quedada de legionarios, una guerra civil o tres. Además, hay que ver lo que ha llovido desde aquellas declaraciones en las que supuestamente Duran i Lleida prometió dimitir, que vete a saber si esas declaraciones las hizo Lleida o las hizo Duran. Tanto tiempo ha pasado que no sabemos si por aquel entonces en la Unió había más Convergència o en la Convergència más Unió, pero lo mismo la UDC era la UCD, que en España los líderes ni se crean ni se destruyen: sólo se transforman. Seamos convergentes, no pidamos peras al olmo ni exijamos a los políticos responsabilidades por esas afirmaciones que sueltan sin pensar, porque entonces nos quedamos no ya sin convergència y sin unió, sino sin PSOE, sin PP, sin U ni P ni D ni I mayúscula ni y griega y hasta sin el punto de la i.

 

 

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