Punto de Fisión

Mariano por Mariano igual a cero

Ni dos días le ha durado el optimismo metafísico al galán de televisión que ejerce de presidente del gobierno. Hace dos días estábamos mejor que el año pasado y hoy estamos peor, según él, aunque tampoco ha especificado si peor que anteayer o peor que en el siglo XVIII. Igual que a otros entes de ficción, a Mariano no le sientan nada bien las comparecencias en carne y barba. Ha sido salir de la pantalla de plasma a la vida real y el hombre se ha hecho un lío.

Esta confusión entre adverbios probablemente sea culpa de los recortes, ya que últimamente Mariano tiene que reclutar asesores entre muñecos descartados de Barrio Sésamo, los cuales no han aprendido todavía las sutiles diferencias entre "mejor" y "peor" ni entre "antes" y "después". En el PP necesitan urgentemente a Coco en la asignatura de gramática y al conde Draco (no confundir con Mario Conde) en matemáticas, porque Aguirre, más optimista aun que Mariano, dijo que estábamos "el doble de mejor" que hace un año y todavía no alcanzamos los diez millones de parados. Seis millones para Mariano son pocos y para Aguirre, demasiado pocos.

También es probable que entre el dineral que se ha llevado Bárcenas y la austeridad que se han impuesto nuestros dirigentes, en Génova ya no quede dinero ni para impresoras y por eso Mariano ha tenido que escribir su discurso a mano y luego descifrar su propia letra, con los problemas que eso le causa. Un día leyó "mejor" y dos días después "peor", tampoco hay tanta diferencia si tenemos en cuenta que el discurso lo da el propio Mariano, que no ha dicho una sola verdad desde hace décadas. Lo más seguro es que suelte el mismo discurso dentro de dos días y diga otra cosa o la contraria.

En uno de los discursos, no recuerdo ahora cuál, Mariano movía mucho la mano de arriba abajo, como empujando la cifra de parados que ya empieza a rebosar y se le sale por las mangas. Cuando los parados eran propiedad exclusiva de Zapatero, Mariano fue a hacerse una foto a la cola del INEM y se cuidó mucho de guardarse las mangas en los bolsillos del abrigo, para dejar claro que aquel frío invernal tampoco era cosa suya. Ahora ya no le quedan ganas de volver y hacerse otro retrato, aunque esta vez no iba a haber sitio para que posara en plan Humprey Bogart porque la muchedumbre de parados da ya la vuelta a la cámara. Eso sí, ha sido emerger Mariano de la pantalla de televisión, igual que la marmota Phil de su cueva, y regresar el invierno en plena cara.

 

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