Punto de Fisión

Triangulando la crisis

Botín en Harvard. Visto de refilón, el titular recordaba el nombre de aquella novela de Tom Sharpe, Zafarrancho en Cambridge. Luego, más despacio, leída y digerida la noticia, uno comprendía que la realidad siempre supera a la ficción. Emilio Botín asegura en Harvard que "España está en un momento magnífico". No lo sabemos si lo dijo en inglés, con lo que prácticamente podría haber querido decir cualquier cosa, pero al desprevenido lector sólo le cabe preguntarse si el afamado banquero practica el humorismo en su tiempo libre o si el Banco Santander ha comprado el país en una subasta de saldos.

En Panamá, es decir, un poco más abajo en el mapa de América y en el organigrama general del mundo, el presidente Mariano afirma que "estamos saliendo de la crisis con una economía reforzada". El uso de semejante perífrasis verbal suele ser garantía de duración indefinida: puede usarse lo mismo en un túnel de lavado que en la Guerra de los Cien Años. Para lanzar este mensaje de optimismo, Mariano ha tenido que saltar el charco y tomar distancia respecto al desastre de su gestión al frente del gobierno. Comparados con muchos países del Caribe (por ejemplo, con Haití) pues es verdad que tampoco estamos tan mal. Perspectiva, se llama eso. La perspectiva caballera siempre ha sido uno de los grandes recursos pictóricos de Mariano, un presidente que fue a hacerse una foto en la cola del paro no para arreglarlo sino para discutirle a posteriori los derechos de autor a Zapatero.

Por último, desde la capital del reino, Montoro tira la casa por la ventana y dice que el año que viene se acabó la crisis para los españoles. Podían haberle encomendado el vaticinio a De Guindos, que al menos parece mejor alimentado. Vaticine lo que vaticine y diga lo que diga, Montoro sigue pareciendo un niño de la posguerra, un sastre al que no le pagan los trajes, un enterrador fracasado. De Guindos y Montoro son el Gordo y el Flaco del euro, la pareja cómica del gobierno, compenetrados hasta tal punto de que muchas veces no es que no recuerde cuál es el ministro de Economía y cuál el de Hacienda: es que no lo recuerdan ni ellos. A lo mejor es porque en España esos dos ministerios funcionan como uno solo.

El caso es que Montoro con una bola de cristal da mejor el pego que De Guindos echando las cartas del tarot. Nadie había visto hasta ahora el programa electoral del gobierno porque lo echaban de madrugada, junto al tocomocho de los adivinos televisivos. Con Botín en Harvard y Mariano en Panamá, Montoro ha triangulado la crisis poniéndole la guinda final a la pirámide. Es un triángulo isósceles y por tanto bastante endeble e inestable. Vamos saliendo de la crisis con la economía reforzada, dicen. Lo que no dicen es que la economía es toda suya y que está reforzada en diferido por Bárcenas.

 

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