Punto de Fisión

A Lourdes con tricornio

Empieza a entenderse la rabia del gobierno contra el cine español: le molesta que les hagan la competencia. Una peregrinación de guardias civiles a Lourdes pagada por el ministerio del Interior parece el argumento de una comedia loca al más puro estilo made in Spain. Justo después de la muerte de quince africanos en una playa de Ceuta, entre pelotazos de goma, gritos de ánimo y de tírate tú que estamos en febrero, el guionista lo tiene crudo para decidir qué irán a pedirle los bravos muchachos de la benemérita a la Virgen de Lourdes: si que los perdone o que les afine la puntería. Que aunque no tiraban a dar, hundieron a quince, con lo grande que es el mar.

El argumento, en efecto, parece sacado del Berlanga más enloquecido, un batiburrillo a medio camino entre Nacional 3 y Los jueves milagro. En la cinta que remata la trilogía de los Leguineche, el marqués y su hijo (es decir, Luis Escobar y López Vázquez ambos en la cúspide de su arte), cogían un tren de peregrinos escayolados de la cabeza a los pies y con todas las joyas de la familia escondidas bajo las escayolas. Al hijo del marqués le da un apretón por el camino y un collar de diamantes se queda cerca de los Pirineos. La maniobra de fuga venía a cuento porque Felipe González acababa de ganar las elecciones y los muy ingenuos se pensaban que el PSOE iba a poner en marcha la revolución rusa o, por lo menos, la francesa. Al llegar a Francia, se encontraban con que allí también los socialistas acababan de ganar en las urnas y no se les ocurría otra cosa que prolongar la huida hasta Miami. Entonces el marqués de Leguineche soltaba la pregunta sin respuesta que ponía punto final a doce siglos de Reconquista: "Pero en Miami ¿hay peregrinos?"

O eso creíamos hasta que Mariano decidió revertir el curso de la Historia y remontarnos hasta la Edad Media y las listas de los reyes godos. El gobierno español ha llegado hasta el 711 (después de Cristo, se entiende), en vísperas de la invasión musulmana de la Península, y esta vez no van a pillarles por sorpresa. Lo de la playa del Tarajal hay que verlo como la primera escaramuza contra las fuerzas de Tarik, que aguardan al otro lado de las fronteras de Ceuta y de Melilla. En buena lógica (escolástica, se entiende), la Guardia Civil ha ido a pedirle ayuda a la Virgen de Lourdes en misión oficial, porque se supone que las del Pilar y las de Covadonga ya están de su parte. La de Montserrat, no sabe, no contesta.

Lo habitual es que a Lourdes vayan los peregrinos más necesitados, los enfermos y los desahuciados, de ahí que los Leguineche se cubrieran de yeso de arriba abajo. Ignoramos si los guardias civiles también viajan escayolados o si con el tricornio ya tienen bastante. Ni a Berlanga finiquitando una caja de whisky Dyc a pachas con Azcona se les ocurre un personaje como Fernández Díaz, devoto de Santa Teresa y capaz de condecorar a la Virgen María del Amor con una medalla. Para todos los devotos del ministro teresiano, los que le han votado y los que le van a votar, les recuerdo esta memorable sentencia de la santa: "Se derraman más lágrimas por las plegarias atendidas que por las no atendidas".

 

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