Punto de Fisión

Aguirre en campaña

Aguirre ha empezado la campaña electoral con tanto ímpetu que lo mismo se pasa la alcaldía de Madrid y empieza directamente la invasión de Rusia. Como sabe que el combate que se avecina será duro, ha preparado un himno bélico en el programa de María Teresa Campos y ha llamado a filas a la Legión Extranjera: negros, gitanos y veteranos de los Tercios de Gallardón y Ana Botella. En el amor y en la guerra todo vale, no nos extrañaría que dentro de poco reclutase incluso un batallón de agentes de movilidad.

Populismo es un término que, curiosamente, no aparece en el Diccionario de la Real Academia (donde en cambio sí podrán encontrar palabras tan hispánicas como "bótox", "papichulo" o "amigovio"), pero el día en que lo incorporen no hará falta definición: bastará con una foto de Esperanza Aguirre. Lo más aproximado a "populismo" que recoge el DRAE es el clásico "demagogia", que es en lo que ha venido a parar la democracia actual: "Práctica política consistente en ganarse con halagos el favor popular". El pasado miércoles la lideresa reunió a unos cuantos representantes de asociaciones de gitanos en la sede de Génova y le faltó un pelo para arrancarse a bailar una rumba, como hizo pocos días después en el programa de María Teresa Campos. Fue oír el estribillo, "no estamos locos, que sabemos lo que queremos", y se puso a hacer palomitas con las manos, como poseída por el duende.

Ella sabe de sobra que su público no entiende ni de economía, ni de privatizaciones, ni de llegar a fin de mes. "No estamos locos, que sabemos lo que queremos", en efecto, lo que ellos quieren es ver a su lideresa haciendo el chorra y a votar que son dos días. Aguirre tampoco está loca y sabe de sobra lo que quiere: el poder, a cualquier precio, aunque sea dando palmas o haciéndose una foto junto a una pobre mujer negra que vaya usted a saber en qué estaría pensando. Para los más desconfiados y reacios, Aguirre también ha preparado sesiones de psicoanálisis callejero en un sofá. La gente podrá hablar con su ídolo de tú a tú y plantearle cualquier cuestión sobre Madrid. De hecho, ya hay una cola enorme de conductores esperando a preguntarle si podrán aparcar el coche en el carril bus de la Gran Vía con la excusa de sacar dinero de un cajero y luego atropellar la moto del agente que vaya a multarles para ir luego a tomar chocolate con churros en su palacete.

Hay una página en internet paralizada desde hace cuatro años que se llama "Esperanza Aguirre haciendo cosas". Aparecía la lideresa en diversos atuendos y postureos, como los Click de Famobyl: vestida de minero, brindando con Rodrigo Rato, tocando la batería y ojeando áticos en la Ciudad Prohibida de Pekín junto a Ignacio González. Su uniforme favorito, sin embargo, es el de chulapa, que ella reviste de abanico y azul peperoni, y que amenaza con usar también este próximo San Isidro. Carmona también tiene una página de "Carmona haciendo cosas" donde sale imitando a un frutero, subido a un autobús o echando carreras en silla de ruedas, pero con el vestido de chulapa todavía no se ha atrevido y, como saque un sofá en la Puerta del Sol, se lo lleva la grúa. En esto del populismo pinturero Aguirre le gana por la calle. Cualquier día de estos se come un kebab.

 

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