Punto de Fisión

Queda inaugurado este monolito

En Alzira ha aparecido un monolito con unas inscripciones que podrían tener origen extraterrestre. El descubrimiento ha alertado a la comunidad científica internacional, a las autoridades políticas e incluso a la alcaldía de Alzira, donde empieza a correr el rumor de que se les ha ido la mano y podrían haber inaugurado un OVNI. Allí en Alzira, en vísperas de elecciones, los munícipes se ponen a inaugurar tantas cosas y a tal velocidad que lo raro es que no hayan inaugurado ya el Acueducto de Segovia y dos o tres cochinillos. No es la única localidad española donde reina la fiebre de las inauguraciones, que hace poco, en Vigo, inauguraron un mojón entre el presidente de la Xunta y un montón de prebostes con tanta ceremonia y tanto boato que hasta el mojón se emocionó y arrancó a bailar una muñeira.

Se sospecha que el monolito de Alzira oculta un mensaje en clave sobre el futuro de la humanidad, algo así como la profecía del apocalipsis maya pero más de andar por casa: inundaciones, regadíos, paellas, albuferas. De momento, los especialistas no se ponen de acuerdo sobre si el mensaje está escrito por alguna inteligencia superior, por un analfabeto o por un gilipollas. Al primer golpe de vista, el idioma parece valenciano pero esta impresión se disipa en cuanto uno se pone a leer y va tropezando con una falta de ortografía detrás de otra. "Si eran extraterrestres los que escribieron esto" ha dicho Arístides Pimentol, ufólogo diplomado, "debían de ir bien cocidas las criaturas. Dudo mucho de que vuelvan por aquí a arreglarlo porque a estas horas ya les habrán retirado el carné. Vamos, que éstos no vuelven ni al sistema solar".

El caso recuerda vagamente al misterio de las caras de Bélmez, pero más bien al revés. En Bélmez una señora se empeñó en que los espíritus de los difuntos se revelaban a través de los azulejos sólo para no fregar más la cocina, mientras en Alzira una alcaldesa quiere apuntarse una inauguración de más gracias a un mojón de cuatro metros y medio recién caído del cielo. Sin embargo, la posibilidad de que el monolito tenga un origen terrestre, y más que terrestre, valenciano, ya ha sido desechada. "En la Comunidad Valenciana se cometen muchos despilfarros, aeropuertos y dislates pero no se entiende muy bien para qué iba a plantar una alcaldesa un zurullo de cuatro metros de altura con una inscripción chorra y llena de errores ortográficos. Hace falta ser lelo" explicó Pimentol. "No, no. Esto suena más bien a una broma de los marcianos de Alfa Centauri. Los de Alfa Centauri son muy dados a soltar sus excrementos en cualquier sitio, bien lejos de su galaxia, y luego adornarlos con una pintada. ¿Ha visto usted las marranadas que firma un tonto en la puerta de un retrete? Pues esto es igual, pero a la velocidad de la luz".

De inmediato, algún cronista local algo dado a la bebida evocó la escena inicial de 2001, una odisea del espacio, donde unos antropoides descubrían un monolito de piedra negra a la entrada de su cueva, lo inauguraban a voces y, ya metidos en faena, se ponían a partir cochinillos con un fémur roído. Pimentol y otros expertos han desautorizado esta comparación, recordando que los antropoides, aunque toscos, enloquecidos y peludos, eran lo bastante inteligentes como para no inaugurar nada.

 

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