Punto de Fisión

¿Dónde está ETA cuando se la necesita?

Nunca pensamos que la resaca de unas elecciones municipales pudiera estirarse tanto pero es que no contábamos con la capacidad de resistencia de ciertos organismos pluricelulares. En especial, Aguirre va a tardar en rendirse más o menos lo mismo que el sexto ejército alemán en Stalingrado: da la impresión de que está esperando que Mariano la nombre mariscal de campo como a Paulus. En consonancia con su pataleo, durante unas horas circuló por la red la noticia de que las fuerzas reaccionarias habían convocado una concentración en Madrid este sábado para impedir la entrada de las huestes comunistas en la capital, es decir, una versión del 15-M con perlitas, camisetas de Lacoste y Rouco Varela, que podría atrincherarse a todo lo largo de la calle Serrano.

La noticia era demasiado graciosa para ser verdad, una repetición en tono mayor de las manifestaciones de obispones contra el aborto y la educación pública que tanto colorearon las tardes de los sábados en el Paseo del Prado. No será por falta de ganas, ni siquiera porque la fecha del 30-M sonase a doble o nada. El problema es que el combustible de la indignación, que alimentó las asambleas del 15-M en Sol, no prende igual que la gasolina del miedo. Porque el miedo ha sido el gran descubrimiento de la mecánica popular desde la invención del Cara al sol. Fue como si un día ante Jose Mari se plantase el monolito oscuro y le enseñase el fémur de una víctima de ETA. Se hizo la luz. La derecha lleva décadas esgrimiendo el fémur, amenazando con el fémur, ordeñando el fémur, ocupando la charca política a golpes de fémur.

Sin embargo, ahora que se ha acabado el miedo a ETA (ya que a los etarras los trincan cuando suben unas fotos a Facebook con la camiseta de la selección española o cuando van a ver a José Tomás a la plaza de toros) hay que rebuscar entre el muestrario de huesos algo con lo que reemplazar el fémur. Aguirre ha rebuscado en lo hondo de la charca y ha encontrado la palabra "soviet", que no se oía por estos lares por lo menos desde que Carrillo se quitó la peluca. El adjetivo "bolivariano" no ha funcionado, el chavismo no acojona lo suficiente. Por eso hay cientos, miles de tertulianos a sueldo de la FAES buscando videos antiquísimos y comprometedores para ver cómo pueden recortar y pegar fragmentos hasta conseguir un montaje publicitario de Pablo Iglesias organizando un gulag de concejales y otro de Manuela Carmena pidiendo a ETA metralleta.

Nuria Losada, concejal del PP por Rafelbunyol, asegura que ahora que la izquierda ha tomado a fuerza de papeletas las instituciones, están al caer las violaciones masivas de monjas. No hay más que ver a la pobre mujer para recordar aquel principio freudiano de temer lo que secretamente se desea. Otro tanto ocurre con Yolanda Barcina, que ha evocado la Alemania de Hitler, la Argentina de Perón y la Venezuela de Maduro como panorama de lo que se avecina. Con lo fácil que era recordar los comicios de Franco, que ganaba con el 99% de los votos y aún le sobraban para tapizar el salón. Pero Barcina no iba a desenterrar los huesos de la familia, el fémur más chungo y longevo de la península. ¿Dónde están los etarras cuando se los necesita? Haciendo el español, en el fútbol o en los toros. Qué poco patriotas.

 

Más Noticias