Punto de Fisión

Pactos en la intimidad

De momento, la única pareja que ha sellado su amor ante las cámaras después de las elecciones es la que forman Florentino Pérez y Rafa Benítez. Ante las cámaras, los dos agarraban la misma camiseta con la complicidad de quien ya comparte pijama. Benítez incluso ha estado a punto de llorar, algoritmo oftalmológico que suele acaecer a los entrenadores del Real Madrid a la primera derrota o al segundo empate, depende de las camisetas que haya vendido Florentino ese día. A nadie se le escapa que el mayor club deportivo del mundo nunca ha buscado una relación seria con sus entrenadores y prefiere líos de una copa o dos, ligues más que ligas. No es un equipo de un solo hombre, por eso viste de blanco, como las novias el día de la boda.

La política española se parece tanto al Real Madrid que muchas veces acaba haciéndose en el palco del Santiago Bernabeu. Más que nada, por no perder el tiempo. En política las parejas también se hacen y se deshacen a patadas, aunque lo que más cuesta es hacerlas. Es un proceso lento y doloroso, trufado de reproches y alejamientos, que a menudo recuerda más al matrimonio que al noviazgo y al divorcio más que al matrimonio. Rivera y Cifuentes, por ejemplo, están a punto de divorciarse casi sin haber llegado al magreo, sin ese coqueteo previo de poemas de amor y paseos por el parque. El problema no es que ella acuda a la cita en tanqueta y con escolta de antidisturbios: el problema son esos familiares cartagineses que abarrotan la lista de Cifuentes y a los que el sobaco ya les huele a guerra púnica. El apodo no venía de ahí pero al final va a entrar más gente que en las campañas de Aníbal.

Cifuentes ha declarado: "Reinvidico al PP y defiendo las políticas del PP, pero dentro de eso me he presentado por primera vez con ideas nuevas, y en mi programa se ve que hay diferencias de matices, porque quiero mejorar lo que ha hecho hasta ahora en la Comunidad y, algunas cosas, quiero cambiarlas". De momento, con la cantidad de imputados e investigados que lleva de acompañantes, no se sabe muy bien qué cosas va a cambiar, probablemente las cortinas. A Rivera las promesas de amor no le parece garantía suficiente para una relación seria y lo mismo se busca otro pretendiente, a pesar de que Floriano ha salido raudo cual cuñado para defender el honor de la rubia: "A Cifuentes no se le pueden atribuir responsabilidades de otros" ha dicho. Tampoco ha especificado quiénes son esos otros; ya se sabe que en el PP los corruptos crecen solos y en silencio, como las almorranas.

Con todo, no es la única pareja que está en la fase de tonteo antes de pasar a mayores. Manuela Carmena se reunió con el presidente de Bankia y la relación fue tan formal que hasta hablaron de pisos. Por otra parte, Pdr Snchz y Pablo Iglesias mantuvieron un encuentro discreto en el que Pdr intentaba arrimarse a Pablo lo más posible mientras que Pablo prefería guardar las distancias, no fuese a contagiarle la casta o peor, la caspa. Hay que tener mucho cuidado con los pactos y los apretones de manos, que con otro Pdr y otro Pablo empezó la historia aquella de los apóstoles.

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