Punto de Fisión

Ex tía del rey, familia de Bárcenas

Al igual que los linces, los elefantes y los rinocerontes, los borbones se dirigen inexorablemente a la extinción. No porque los estén cazando a tiros (más bien es al revés), sino porque el proteccionismo hacia esta peculiar familia puede dejarnos sin ejemplares en muy poco tiempo. Cada vez es más difícil acceder a la Familia Real y mira que ya era difícil. Pero ahora no lo logran ni algunas hermanas del propietario del trono, como si en España la ley fálica hubiera sustituido a la ley sálica. Este exceso de celo está poniendo en peligro una dinastía que empezó atiborrando de muchedumbres los lienzos panorámicos de Goya y que acabará mandando la felicitación navideña por twitter y aun le sobrarán caracteres. De seguir a este ritmo, el próximo retrato de familia que le encarguen a Antonio López lo tendrá que pintar con típex.

Parecía una exclusiva del estalinismo eso de borrar a los personajes molestos primero del ecosistema soviético y luego de las fotos históricas, pero la Zarzuela ha encontrado una variante menos indolora: la expulsión del círculo familiar. Da lo mismo que sean hermanas, yernos, cuñados o simples compi yoguis: el parentesco o la amistad con este ilustre clan pende de un hilo, así que el más pequeño resbalón y el infortunado termina expulsado a las tinieblas exteriores. Es un movimiento inverso al de Darth Vader al amputarle la mano a Luke Skywalker, antes de confesarle que era su padre: "No, usted no es mi tía, ni volverá nunca a serlo".

Sólo a un niño insensato se le ocurriría decir al rey que va desnudo, como para decirle que tiene una tía con una cuenta opaca en Panamá. "La infanta Pilar no es miembro de la Familia del Real, ni siquiera de la Familia del Rey" han sido las palabras con que un portavoz de la Casa Real ha explicado la situación de aislamiento biológico de esta desdichada mujer. Lo que no ha explicado es porque la sigue llamando "infanta". De las cinco acepciones que el diccionario de la Real Academia da por válidas, tres ("hija legítima del rey", "hija legítima del príncipe de Asturias", "pariente del rey que obtiene el título por gracia real") han quedado automáticamente invalidadas tras este expeditivo comunicado. La primera acepción ("niña de corta edad") parece un poco obsoleta, sobre todo si tenemos en cuenta que doña Cristina de Borbón tiene 50 años y doña Pilar de Borbón 79. Pero, para atenerse a los hechos, doña Pilar es Infanta de España por decreto desde 1985, con lo que el título debe referirse a la quinta y última acepción de la RAE: "soldado que sirve a pie". A saber cómo llegó a Panamá.

Este procedimiento de cuarentena perpetua no funcionó muy bien con la infanta Cristina (quizá por esa absurda manía de seguir llamándola "infanta") aunque en su momento dio excelentes resultados con Bárcenas. El tesorero del PP se encontró de golpe finiquitado, criminalizado, expulsado del partido y olvidado por sus sobrecogedores colegas en directo y en diferido. Como a cristianos no los gana nadie, lo negaron no tres veces como Pedro a Cristo, sino hasta setenta veces siete. A doña Pilar de Borbón le ha tocado en su vejez el duro trago de ser desterrada de un paraíso fiscal y ser adoptada en la familia Bárcenas.

 

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