Punto de Fisión

Elecciones monárquicas

Como cada agosto, los españoles descubrimos que seguimos siendo monárquicos gracias a las fotos veraniegas de la familia real. Si no fuese por esas estampas bucólicas de los borbones en Marivent, con Felipe y Letizia posando sonrientes junto a sus hijas, hasta podríamos pensar que somos republicanos. Pero la diferencia entre una república y una monarquía son las fotos, especialmente las fotos veraniegas. Un presidente, como Donald Trump por ejemplo, da la impresión de estar de vacaciones incluso cuando está trabajando, mientras que un rey, como Felipe VI por ejemplo, parece que está trabajando hasta cuando empieza las vacaciones.

Elecciones monárquicas

De hecho, el curro en la Casa Real se va amontonando de tal modo que a veces incluso el propio monarca se equivoca en estas espinosas cuestiones de protocolo y se pone a opinar fuera de fecha sobre la formación de gobierno, una salida de tono que le han afeado desde republicanos convictos y confesos hasta monárquicos de lo más recalcitrante. Primero, porque no está bien que un rey haga horas extra y siga trabajando con el bañador puesto; segundo -dicen-, porque su trabajo en lo que respecta a estas cuestiones consiste principalmente en callarse. Hay quien sostiene que es el rey quien debería presentarse a unas elecciones democráticas, sin reparar en que un borbón las elecciones las ganaría con la gorra, sin despeinarse, como si fuesen unas regatas.

"Lo mejor es encontrar una solución antes de ir a elecciones" dijo Felipe VI, quien, al igual que cualquier español, ya está cansado de ir y venir con la papeleta y de que sus representantes hagan el tonto sin ponerse de acuerdo por un quítame allá estos sillones. A lo mejor la solución también pasa por poner un rey suplente en período vacacional, un rey en funciones, lo mismo que se reemplaza al portero en una comunidad de vecinos. De momento, la vacante la podría cubrir Revilla, quien no sólo da la nota campechana sin desentonar sino que además llevaría sus propias anchoas a las recepciones.

Pensamos que la república es un modelo de gobierno mucho más adelantado que la monarquía y a lo mejor resulta que estamos equivocados: de ahí que haya tantas monarquías parlamentarias en Europa y de que los romanos, hartos de guerras civiles, decidieran cambiar la república por un imperio que les dio grandes momentos con Octavio, Trajano y Adriano, y otros no tan grandes, aunque igual de divertidos, con Tiberio, Nerón y Calígula.

Puede que en Estados Unidos también se lo estén pensando y acaben proponiendo una dinastía, lo cual no sería muy difícil teniendo en cuenta que ya han padecido a los Kennedy o a los Bush y que a Trump únicamente le falta entrar en el Senado a caballo. Lo explicaba Bob el Inglés en Sin perdón, mientras limpiaba el tren de chinos, cuando decía entre chino y chino que los estadounidenses deberían elegir un rey y dejarse de presidentes, porque abundan las decapitaciones pero no hay constancia histórica de que nadie haya disparado jamás contra un rey: la visión de la realeza haría temblar la mano del pistolero hasta hacerle fallar el disparo. En Marivent les tiembla la mano hasta a los fotógrafos.

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