Punto de Fisión

Cospedal, laminaciones en diferido

Cospedal, laminaciones en diferido
La ex secretaria general del PP María Dolores de Cospedal en un desayuno informativo de El Debate, a 4 de mayo de 2022, en Madrid (España).- Carlos Luján / Europa Press

Han tenido que pasar casi diez años para que salga a la luz una grabación, otra más, de Cospedal encargándole a Villarejo el trabajo de limpiar la cochambre del dinero negro en el PP y de parar el asunto de la libretita de Bárcenas. "A este tío, al cabrón del cabrón, hay que laminarlo, ¿eh?" dice el comisario Villarejo con su decoro habitual y Cospedal responde: "Yo lo tengo más claro que el agua. No tengo la menor duda". Menos mal que hace poco más de un mes la Audiencia Nacional no veía indicios suficientes de que la entonces secretaria general del PP estuviera involucrada en la operación de espionaje contra Bárcenas que culminó con la estrafalaria incursión de un cura falso entrando en su casa con una pistola. Llega a haber más indicios y tienen que cerrar la Audiencia Nacional y montar una churrería. A lo mejor no nos hemos enterado y la han montado ya.

Lo de "laminar" es un término poético que se presta a muchas interpretaciones; se pueden laminar, por ejemplo, unos discos duros a martillazos o se puede laminar a un extesorero que se va de la lengua amenazando de muerte a toda su familia. En el PP si hay que laminar, se lamina: no son muy partidarios de sutilezas. Allí siguen a rajatabla las enseñanzas de El Padrino, no es nada personal, sólo negocios, y ten cerca a tus amigos pero más cerca a tus enemigos. Cospedal, de hecho, tenía tan cerca a Villarejo que no le importaba compartir por teléfono con él sus peculiares métodos de limpieza.

De los tiempos de su amistad con Bárcenas vino el célebre finiquito en diferido, un concepto que revolucionó la política, la jurisprudencia y la legalidad hasta tal punto que no estaba muy claro si Cospedal estaba hablando únicamente de dinero o si lo del finiquito en diferido era un anticipo de la laminación. Más adelante explicó que la entrada "D. Cospedal" en los papeles de Bárcenas se refería a ella misma, sí, aunque los papeles de Bárcenas eran falsos, como demostró la sentencia judicial que los dio por verdaderos. Al mismo tiempo, cuando también apareció en los papeles el nombre de su marido, López del Hierro, comentó que López del Hierro hay muchos, docenas de ellos según la guía telefónica, por lo menos casi tantos como M. Rajoys. La verdad es que por aquellos años prácticamente cada declaración pública de Cospedal daba para una película de la mafia, una novela de ciencia-ficción o un revisión del código penal, sin ir más lejos cuando dijo: "Algunos se portan de forma indecente, pero no somos la mayoría".

Ante esta nueva catarata de mierda en lata, el número tres del PP, Elías Bendodo, ha salido con una de las defensas habituales de la formación, la más socorrida después del "no me acuerdo" y el "no me consta": es un tema muy antiguo, tan antiguo que creían que lo habían enterrado por vía judicial hace un mes. En el PP la amnesia se divide entre los que no se acuerdan de nada y los que no se quieren acordar, bien porque la podre les pilla demasiado cerca, bien porque les pilla demasiado de lleno. Con todo, tal y como anuncia el editorial de El País de ayer, la conversación entre Cospedal y Villarejo sobre la libretita de Bárcenas no es más que el prólogo de una serie de grabaciones que aglutina miles de documentos relacionados con banqueros, empresarios y políticos. De ahí puede salir de todo, desde la financiación ilegal de ciertas campañas del PP hasta el montaje policial contra algunos dirigentes de Podemos. Vete a saber, lo mismo antes lo olvidan o lo laminan. En diferido y en forma de simulación.

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