Punto de Fisión

Moción de censura como puedas

Moción de censura como puedas
El candidato a la Presidencia del Gobierno, Ramón Tamames (i) este jueves en el Congreso de los Diputados. EFE/Javier Lizón

Cada día que pasa la moción de censura de Vox contra el gobierno de Pedro Sánchez parece más y más una entrega inédita de Aterriza como puedas, aquella descacharrante parodia de las películas de accidentes aéreos en la que todo lo que podía salir mal, salía mal, y todo lo que podía salir bien, salía peor. Mientras Santiago Abascal, sudando por primera vez en su vida, intenta salvar un aparato condenado desde el día que despegó, Ramón Tamames emula al gran Lloyd Bridges, aquel entrañable controlador aéreo que eligió un mal día para dejar de beber, un mal día para dejar de fumar y un mal día para dejar de esnifar pegamento.

En una entrevista reciente, Tamames preguntaba por la gente que lo ha propuesto como candidato ("¿Cómo se llama? Vox") y ayer mismo tenían que aclararle que Federico Jiménez Losantos no trabaja precisamente en el medio digital que ha filtrado su discurso con una semana de antelación. Un diario que Jiménez Losantos considera "comunista, golpista y ultraizquierdista". Vete a saber si Tamames lo hace aposta. Por momentos da la impresión de estar viendo a Lloyd Bridges ordenando apagar todas las luces del aeropuerto para que el avión siniestrado no pueda aterrizar. "¿Pero no deberíamos encender las luces?", preguntaba un ingenuo. Bridges afilaba una sonrisa maléfica, recordando la guerra contra los japoneses: "Eso es lo que ellos están esperando".

En un primer momento, elegir a un candidato independiente de 89 años para encabezar la moción de censura parecía una buena idea, pero cada vez que Tamames abre la boca la moción de censura va oscilando entre la chirigota y el sainete. Las diferencias entre Tamames y Vox en varios temas fundamentales -empezando por la a de aborto- no son tan importantes como su coincidencia en tres puntos esenciales: la unidad de España, la defensa de la Constitución y la necesidad de cambiar el gobierno de la nación. Al menos en los dos primeros Sánchez estaría completamente de acuerdo y en el tercero todavía está preguntándose cómo demonios hacer para quitarse de encima a Irene Montero. Por otra parte, muchos de los votantes de Vox y buena parte de sus dirigentes siguen pensando si Tamames no será un agente secreto del PSOE que el día señalado va a dar el discurso con matasuegras.

Sin embargo, Abascal ha desvelado el nombre de quien le puso tras la pista de Ramón Tamames: su gran amigo Fernando Sánchez Dragó, quien comparte con el egregio economista una juventud de lucha antifranquista en unos tiempos, allá por 1956, cuando ambos fueron arrestados y enviados a la cárcel de Carabanchel. Según Sánchez Dragó, Tamames y él se enrolaron en el PCE porque había que estar en algún sitio, pero con el tiempo han comprendido que la mejor manera de luchar contra Franco es hacerles la pelota a los franquistas. Puede que no les falte razón y que no haya mejor manera de hundir del todo a Vox que, primero, Sánchez Dragó escribiendo un libro sobre Abascal y, segundo, Tamames montando un circo en el Congreso.

Por si había dudas, Sánchez Dragó ve la candidatura de Tamames como una ocasión de repetir el manifiesto de la generación del 98, una "operación de vasto alcance", según sus propias palabras, aunque tal vez los periodistas que recogieron sus palabras confundieron la v y la b, porque el alcance parece más basto que otra cosa. No hay que subestimar el papel que pueda jugar en todo este esperpento el ego desmesurado de Tamames, no digamos el de Sánchez Dragó, quien una vez me explicó en una escaramuza periodística que él no tenía ego sino "yo profundo", en el sentido junguiano del término. Tan profundo, repliqué yo, que si te caes de él, no te matas, Fernando. Te pierdes.

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