De cara

El gol se ha vuelto pase

Mourinho se guardó para la Liga a los emergentes. O les bajó a la tierra. O dio una caricia a sus víctimas. O simplemente tiró de rotaciones. El caso es que sentó a Higuaín (seis goles en dos partidos) y a Kaká (cuatro victorias seguidas de titular), y devolvió a Benzema y Di María al once. Y de su vieja alineación principal, el Madrid arrancó un dominio masivo. Más por culpa del Lyon, que, quizás por privar a los blancos de su temido contragolpe, entregó deliberadamente el balón y el campo. Nueve franceses por detrás de la pelota reunidos en dos líneas sobre su área para cerrar agujeros y forzar al rival a lo que peor se le da, el ataque estático. Al descanso se llegó con un 75% de posesión local poco frecuente en la era Mou. Pero sin demasiadas ocasiones.

Fue por la vía del laboratorio como encarriló el Madrid su noche. Con final en gol de Benzema, para alimentar un poco el debate del nueve (que no se cerrará hasta que Mou se anime a jugar con los dos juntos), y con servicio del de siempre. Del de últimamente. O sea, de Cristiano, que suma ya cuatro partidos consecutivos regalando asistencias, ayer de cabeza. Por contra, el gol le ha dejado un poco de lado. Incluso en la segunda parte, con el Lyon más abierto y el Madrid acercándose a sí mismo y goleando, el luso se quedó también sin marcar. Cuando estuvo más cerca, se lo estropeó Kaká cruzándose. Frente a frente con la portería, estos días a Cristiano todo se le vuelve error. O pase.

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