Del consejo editorial

¿Suben o bajan los alquileres?

JOSÉ MANUEL NAREDO

Por increíble que parezca, el Ministerio de Vivienda no dispone de ninguna estadística que siga la evolución del precio de los alquileres, por lo que la única estadística oficial sobre el tema es la del Índice de Precios al Consumo (IPC) del INE. El hecho de que esta estadística mantenga, a piñón fijo, todos los meses un crecimiento anual del precio de los alquileres del 4 % –desde que empezó a publicarse en enero de 2002 hasta el último dato de febrero de 2009–, hace dudar del significado de esta fuente. Todo ello muestra el ninguneo del que viene siendo objeto la vivienda en alquiler en este país de pretendidos propietarios. ¿Cómo es posible que la estadística de alquileres del INE no refleje la coyuntura inmobiliaria y que el Ministerio de Vivienda se inhiba en un tema tan primordial?

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El precio del alquiler no puede ser ajeno a la coyuntura inmobiliaria. Así lo confirma el índice mensual de precios de alquiler que vienen elaborando, a partir de los anuncios, dos entidades privadas, Fotocasa y la escuela de negocios IESE. Este índice tiene la virtud de reflejar que el precio de los alquileres acusó con claridad el cambio de ciclo inmobiliario. Sus porcentajes de variación anual están en caída libre desde principios de 2008, hasta alcanzar una disminución del 7 % en el último dato de febrero, mientras el índice de alquileres del IPC, elaborado por el INE, mostraba el consabido aumento del 4 % para ese mismo mes.

Tan grave discrepancia se explicaría, en parte, porque el índice de Fotocasa refleja la evolución de los alquileres nuevos, mientras que el del INE refleja la evolución del pago de alquileres de inquilinos ya asentados en sus viviendas cuando empezaron formar parte de la encuesta.

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El hecho de que se revise el importe de los contratos de alquiler con la evolución de la rúbrica de alquileres del IPC –que el INE elabora preguntando a un colectivo de inquilinos ya asentados cuánto les han subido los alquileres–, genera una curiosa tautología estadística: los encuestados responden que les han subido un 4 % y luego ese 4 %, publicado por el INE, se utilizará en la siguiente revisión al alza de su contrato, que vuelve a recoger el INE, y a utilizarse para revisar el contrato el año próximo... Esto explicaría, tal vez, la inmutabilidad de esta cifra.
Así los que no quisieron entrar por el aro de la propiedad y el endeudamiento, se ven ahora penalizados con ese fatídico aumento del 4 %, aunque los alquileres nuevos se desplomen y el IPC se estabilice o decrezca. Para escapar de esta espiral, a los inquilinos no les queda más remedio que mudarse a otras viviendas más baratas, en la medida en la que la caída de los alquileres nuevos se las brinde, al margen de la estadística oficial.

Valga lo anterior como botón de muestra de la desidia informativa y gestora de unas administraciones que siguen sin asumir la necesidad de reconvertir el actual modelo inmobiliario hacia el alquiler. Una novedad de esta crisis es que la información de los portales inmobiliarios privados de Internet está iluminando y facilitando con inusitada fuerza el ajuste de precios y rompiendo el oscurantismo reinante.

José Manuel Naredo es Economista y estadístico

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