Del consejo editorial

La relatividad política

ALFONSO EGEA DE HARO

Según la teoría de la relatividad de Einstein, el tiempo avanza más lentamente para los objetos que se mueven más rápido. Si se traslada al plano político, la teoría implica que los actores políticos que no se anticipan son consumidos por el tiempo, o por la cultura de lo inmediato.
En pleno debate sobre el fututo de la energía nuclear sorprende comprobar cómo la cuestión se reduce a la conveniencia de tratar este asunto al socaire de sucesos como el de Japón y cómo la discusión se limita a la seguridad. Sorprende porque, ya en 2009, y tras años de negociación, se aprobó un paquete normativo (el tercero) para la creación de un mercado europeo de la energía que debía ser implementado por los países antes del 3 de marzo de 2011, pero, cumplido el plazo, ningún país lo ha implementado. Estas medidas pretenden poner fin a los monopolios en la producción y comercialización de la energía para beneficiar así al consumidor, buscar formas más seguras de abastecimiento interno y considerar las implicaciones que tiene la política energética en la relación con terceros países.

La normativa incide plenamente en la cuestión de la energía nuclear y no sólo por razones de seguridad, sino por sus implicaciones económicas y geoestratégicas. El sector de la energía nuclear es altamente monopolístico y responsable, en algunos casos (Francia o Lituania hasta 2009), de más del 70% del suministro eléctrico nacional. Es también el sector energético que recibe más subsidios y ayudas públicas (un ejemplo: la inversión pública en investigación y desarrollo es casi cuatro veces superior a la realizada con energías renovables, según el análisis conjunto de la Agencia Internacional de la Energía, OCDE y Banco Mundial preparado para la reunión en 2010 del G-20 en Toronto). En el plano geopolítico, la normativa llevaría a que, en la opción por una fuente u otra de energía (nuclear combustibles fósiles o renovables), contaran también las consecuencias en las relaciones de la Unión Europea con otros países.
No parece, por tanto, que vivamos en una época en la que el tiempo se acelera y no deja adoptar decisiones reflexivamente, sino en una época en la que la falta de acción (política) es la que acelera el tiempo.

Alfonso Egea de Haro es profesor de Ciencia Política

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