Del consejo editorial

El mercader de Valencia

FRANCISCO BALAGUER CALLEJÓN

En El mercader de Venecia de Shakespeare, una fina distinción jurídica permitirá que el mercader no tenga que hacer frente a la deuda de una libra de su propia carne. De acuerdo con esa distinción, el prestamista Shylock podía cobrarse la deuda pero sin derramar una sola gota de sangre del mercader. El Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (TSJCV) también basó la instrucción de la rama valenciana del caso Gürtel en un artificio: la centró en el cohecho impropio y en su vertiente pasiva, negándose a investigar otras posibles actividades delictivas y a considerar siquiera a los presuntos corruptores, porque ellos no eran aforados. Adelgazada de ese modo la causa, el caso Gürtel quedó convertido en Valencia en una versión
light, en la que sólo se podían considerar los trajes abonados por la trama corrupta al presidente de la Generalitat Valenciana y a los otros imputados.

Así pues, el TSJCV separó primero la carne de la sangre: el cohecho del cohecho impropio y la parte de la causa relativa a los corruptores de la parte relativa a los corruptos. Esto es algo que sólo se puede hacer en el
cohecho impropio, porque no es necesario establecer la relación de causalidad con una acción concreta de soborno. Con esa separación entre las dos figuras –claramente artificial, dados los indicios previamente existentes–, se evitaba cualquier investigación sobre el cohecho. Una vez que se había evitado la investigación, el tribunal volvió a unificar las dos figuras al declarar el sobreseimiento libre: ahora sí se exigía una relación de causalidad, que no era posible establecer porque antes se había impedido investigar sobre la base de que se trataba de una figura diferente. De ese modo, el TSJCV determinó la inexistencia de delito por entender que era necesaria una relación de causalidad con una acción concreta de soborno que esté dentro de las competencias específicas de la autoridad.
Toda esta estrategia se ha venido abajo con la Sentencia del Tribunal Supremo, que no exige ya esa clase de relación causal, y con el Auto de inhibición parcial del instructor del Tribunal Superior de Justicia de Madrid a favor del TSJCV, en el que se incluyen varias figuras delictivas. Por mucho que el PP recurra el Auto del Magistrado Pedreira, el TSJCV tendrá que investigar la trama Gürtel en la Comunidad Valenciana, salvo que recurra a otros artificios y se arriesgue a ser desautorizado de nuevo por el Tribunal Supremo.

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